El régimen de usufructo es uno de los principales proyectos para reanimar la agricultura y aumentar la producción de alimentos en Cuba, un asunto que el presidente Raúl Castro considera de "seguridad nacional". La mayoría de las tierras ociosas se ha dedicado a la ganadería (53 %), seguida de los cultivos varios (25 %), el arroz (8%) y otros renglones como café, tabaco, caña y frutales. Cuba necesita comprar en el exterior cerca de 80% de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes y gasta en ese concepto unos 1.500 millones de dólares al año.
Según datos oficiales, el alza internacional de los precios de los alimentos supondrá este año para Cuba un gasto extra de 308 millones para comprar lo mismo que el año pasado.
Ante esta situación el Gobierno de la isla intensifica los estímulos a la producción agrícola a través de la cesión de tierras ociosas a campesinos.
La banca cubana ha concedido créditos a unos 13.000 usufructuarios de tierras estatales ociosas desde 2008, lo que representa apenas un 9% del total de campesinos acogidos a este plan para elevar la producción agrícola y de alimentos.
Más 146.000 cubanos han recibido tierras en usufructo en los últimos dos años y de ellos cerca de 71.000 son nuevos agricultores, según datos divulgados hoy en una entrevista del diario oficial Juventud Rebelde con la presidenta del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), Ileana Estévez.
El rotativo destaca que estas líneas de financiación para elevar la producción agrícola del país aún "no se aprovecha al máximo".
Respecto a las tasas de interés aplicadas a los nuevos usufructuarios, detalló que a los créditos que se otorguen durante los dos primeros años del usufructo -plazo máximo establecido para poner en producción las tierras- se aplican tasas mínimas de entre un 3 % y un 7%.
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