Si desde lo alto de una ventana usted rasga una almohada de plumas y las esparce al viento, no habrá luego manera de recogerlas todas. Esa imagen explica lo que podría ocurrir con la integridad de hombres o instituciones, cuando, bajo manipuladas circunstancias, alguien se permite lanzar acusaciones públicas sin fundamento para confundir, generar duda y lesionar. Peor aun si se incurre en esa práctica con fines políticos o para lograr notoriedad.
Ese, sin embargo, sería el mal menor, especialmente cuando en lo personal no la de
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