Estados Unidos mostró hoy cautela ante la orden del presidente venezolano, Hugo Chávez, de expropiar la sucursal en Venezuela de la empresa estadounidense Owens Illinois, y pidió que se compense a la compañía en caso de que se lleve a cabo.
"Las declaraciones son una cosa, aún está por ver qué acciones se emprenden finalmente", dijo en una conferencia de prensa el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Philip Crowley, en relación a la expropiación de la filial de la empresa, fabricante de envases de vidrio para bebidas, alimentos, medicamentos y cosméticos.
"Pero esperaríamos que Venezuela proporcionara una compensación rápida, adecuada y efectiva por cualquier expropiación de los intereses de Owens Illinois o de cualquier otro negocio privado que trabaje en el país, de acuerdo con el derecho internacional", añadió Crowley.
El presidente Chávez ordenó anoche la expropiación en cadena nacional de radio y televisión, en la que se dirigió al vicepresidente del Gobierno, Elías Jaua, con la frase "¡Owens Illinois, exprópiese!".
Según Chávez, la firma estadounidense se nacionaliza porque "tiene años explotando a los trabajadores, destrozando el ambiente y llevándose el dinero de los venezolanos".
Además, aseguró que cuenta con una "lista" de empresas que pretende expropiar, y pidió a miembros de su Gobierno que hagan un estudio ambiental de los daños causados por la Owens Illinois en las fuentes de suministro de su materia prima.
El presidente enmarcó la nueva nacionalización en una "aceleración" del proceso para hacer de Venezuela un país socialista, y en la imposibilidad de llegar a cualquier tipo de acuerdo con la burguesía.
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