El impacto del cambio climático sobre las empresas de América Latina aún es incierto, pero se prevé que el aumento de la temperatura global afecte la ubicación, diseño, eficiencia, operatividad y marketing de los productos, servicios e infraestructura empresariales.
De acuerdo con un análisis de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE), la región es una de las más afectadas por este fenómeno mundial y se espera un descenso en la productividad de algunos cultivos, lo que tendrá impacto en la seguridad alimentaria.
En el marco de la Cumbre Climática Mundial de Alcaldes, que se lleva a cabo en esta ciudad, el organismo afirma que la escasez de agua podría implicar el bloqueo de algunas operaciones y unidades de negocio, sobre todo en industrias que hacen uso intensivo del recurso hídrico como la agroindustria, la minería o las hidroeléctricas, entre muchas otras.
Además, dijo, el incremento del nivel de los océanos afectaría las sedes de algunas empresas y complicaría el acceso a materias primas y recursos naturales y humanos, mientras que la mayor frecuencia de fenómenos naturales extremos dañaría parte de su infraestructura, interrumpiría canales de logística y afectaría la continuidad del negocio.
Sin embargo, el organismo latinoamericano señala que no todo es negativo en el escenario de los negocios, ya que son las propias empresas las que pueden mitigar o prevenir muchos de estos efectos climáticos.
Para empezar, expresó, es necesario que el riesgo climático se incorpore en la toma de decisiones, a fin de que cada empresa pueda adaptarse oportunamente a nuevos procesos productivos que hagan uso mínimo del agua.
Además de preparar respuestas de emergencia, evaluar la cadena de suministros y de planificación de contingencias, y rediseñar una mayor resistencia ante shocks negativos.
La Asociación agregó que estas estrategias no deben quedarse en el interior de la empresa sino que debe trasladarse a la comunidad en la que opera, de manera que esta esté igualmente preparada para afrontar y recuperarse del impacto negativo de un fenómeno climático extremo.
El cambio climático implicará una transformación del modelo empresarial existente en uno nuevo que gestione de manera más eficiente los riesgos, se involucre más con sus comunidades de influencia y aproveche oportunidades que se generen como el desarrollo de nuevos productos, y la expansión hacia nuevos mercados, anotó.
El cambio climático, recordó, es la consecuencia de la creciente concentración de CO2 y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera y los países en desarrollo serán los más afectados, porque dependen más de actividades que se ven influenciadas por éste y porque su capacidad de adaptación es limitada.
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