Estuvo en Venezuela, en Miraflores. Se sentó con el presidente Hugo Chávez Frías y con sus ministros en el año 2004. Desde aquí ayudó a parir al primer mandatario venezolano el concepto de Socialismo del Siglo XXI. Es su mentor. Han pasado ya seis años y tiene la sensación de que el concepto que se manejó no terminó por entenderse. "En Venezuela sólo hay discurso del Socialismo del Siglo XXI, generalmente superficial y sin base científica, pero no hay pasos concretos".
Este es Heinz Dieterich, fundador de la teoría científica del Socialismo del Siglo XXI. Conversó con La Verdad desde México, el país donde vive hace más de 30 años. Hoy en día pone en duda una posible victoria del Presidente venezolano para 2012. Critica algunas acciones del Gobierno. Afirma que el discurso oficial "está colapsado" y que no hay un modelo económico.
A la fecha, en Venezuela pocos saben definir a la primera, qué es Socialismo del Siglo XXI. Ni lo seguidores del Presidente Chávez tienen un concepto en común para precisar, lo que cada vez se escucha menos en las alocuciones del primer mandatario. Fidel Castro, echó un empujoncito durante una entrevista con periodistas venezolanos que trabajan y dirigen medios oficialistas. La periodista Vanessa Davies le preguntó al expresidente cubano: "¿Qué es el Socialismo para usted ahora siglo XXI"; Fidel respondió: "¿Para mí? El Comunismo".
Dieterich explicó el concepto que le mostró a Chávez Frías. Asegura que sigue considerándolo su amigo y en ese sentido sigue poniendo sus conocimientos a la disposición "del proceso y, sobre todo, del pueblo".
-¿Qué es el Socialismo del siglo XXI?
-El Socialismo del Siglo XXI es la civilización que sigue al capitalismo actual y al Socialismo del Siglo XX, salvo que la humanidad perezca antes en una guerra nuclear. Es la civilización que evoluciona según las leyes de la evolución biológica y de las sociedades humanas. Las primeras fueron formuladas, esencialmente, por Charles Darwin y las segundas, por Karl Marx y Friedrich Engels, hoy por la teoría de la complejidad.
-¿Qué queda del Socialismo del siglo XXI en Venezuela?
-El gobierno bolivariano nunca ha tratado de desarrollar las instituciones del Socialismo del Siglo XXI, es decir, la economía basada en el valor de trabajo (insumos de tiempo), la planeación democrática de la economía y el intercambio de equivalencias. De ahí, que en Venezuela sólo hay discurso del Socialismo del Siglo XXI, generalmente superficial y sin base científica, pero no hay pasos concretos hacia esa nueva civilización. Mucho ruido y pocas nueces, como decimos en México.
-¿Es el Socialismo del siglo XXI igual a Comunismo como lo dijo Fidel Castro?
-En su fase final, como democracia y justicia plena, sí lo sería. De hecho sería, en palabras de la Revolución Francesa, una sociedad de igualdad, fraternidad y libertad, o la sociedad de los primeros cristianos. En la fase de transición tendría elementos futuros, pero, obviamente también elementos de lo contemporáneo, como una participación minoritaria del mercado.
-¿Qué debilidades ve en este momento en el Gobierno de Hugo Chávez?
-Aferrarse a un modelo de gobierno que no sirve para la coyuntura de aquí a 2012. Hugo Chávez comete el mismo error que Barak Obama. Insiste en un modelo que lo llevará a la derrota.
-Usted dijo que o Venezuela cambia el modelo o colapsará como Cuba. ¿A qué se refiere específicamente? ¿Qué fallas está viendo?
-El error principal es la economía. Las contradicciones estructurales del modelo lo harán estallar antes del 2012. Un ejemplo es el dólar. Se hizo una gran reforma monetaria que no resolvió ningún aspecto del problema, salvo darle alguna liquidez adicional al gobierno. Ahora, el dólar en el mercado negro está otra vez al doble del dólar oficial. De hecho, no hay un modelo económico. El gobierno es reactivo y actúa sobre intereses políticos con medidas parciales. No hay coherencia y la consecuencia lógica son los grandes desequilibrios estructurales que, entre otras cosas, concentran el capital productivo en la esfera comercial o lo lleva a producir en Colombia. El discurso oficial también está colapsado, salvo para los que religiosamente creen en él. Pero, no hay renovación, no hay nuevas ideas, nuevos interlocutores, sino la masificación del mismo discurso y del mismo actor.
-¿Qué opinión le merece las acciones que el Presidente Hugo Chávez está tomando en materia de expropiaciones de empresas y terrenos, toma de control de industrias, amenazas a la propiedad privada?
-Hay casos de violación de las leyes o situaciones monopólicas en que se justifican expropiaciones. Pero, en Venezuela no son parte de una estrategia de acumulación económica que pueda triunfar. De ahí que van a profundizar la crisis de la economía, exactamente lo contrario de lo que necesita el Presidente para reelegirse.
-¿Cree que el Presidente Hugo Chávez gane las próximas elecciones presidenciales?
-La principal tendencia electoral es clara, desde el 2007: una lenta, pero sostenida acumulación de votos de la oposición en los estados más poblados y las ciudades más grandes. Esa tendencia llevó a que oposición y gobierno obtuvieron más o menos la misma cantidad de votos populares en el 26-S. Y esa misma tendencia, si se potencia con un candidato creíble para los electores independientes o flotantes y con una crisis económica, llevará a una probable derrota del Presidente en 2012. El Presidente solo tendrá seguridad de ganar, si hace un cambio radical y pronto en su modelo de gobierno.
-En el momento del Gobierno de Chávez en el que usted llega como asesor ¿cuáles fueron las debilidades que tenía y cómo quedó el trabajo?
-De común acuerdo, definimos nuestra relación como amistad, no como asesoría. Yo nunca recibí dinero del gobierno y nunca pedí dinero, lo que es una característica de los asesores. Los múltiples viajes que realicé a Venezuela los pagué con mi salario de profesor en México.
La principal “debilidad” que Hugo Chávez tenía al principio eran su falta de experiencias internacionales y la falta de experiencia política. Aunque los militares hoy día reciben clases de ciencias sociales, el modo de hacer las cosas en el Estado y en el sector militar es, en muchos sentidos, cualitativamente diferente. Fue algo, que Hugo Chávez tuvo que aprender con los años, al igual que el conocimiento concreto de otras culturas políticas en el mundo. Había también, como es natural en un militar profesional, cierta lejanía de la cultura y del arte mundial. Sin embargo, con su gran capacidad de aprendizaje y su pensamiento dialéctico, yo estaba seguro desde nuestro primer encuentro, que llenaría esas lagunas con rapidez. Y así fue.
Continúa
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