noviembre 08, 2010

Los gobiernos de Colombia y Venezuela inician hoy Plan de Trabajo conjunto.

MARIELA LEÓN | EL UNIVERSAL.
Sobreprecio
Los gobiernos de Colombia y Venezuela inician hoy el plan de trabajo conjunto, enmarcado en el proceso de reanudación de relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países.

En la Declaración de Miraflores -suscrita por los presidentes Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, el pasado 2 de noviembre- se advierte el compromiso de adelantar una agenda de decisiones, en las áreas de Complementación Productiva y Económica, Desarrollo Conjunto de Obras de Infraestructura, Energía y Seguridad.

A pocas horas de comenzar esta apuesta en común por rescatar los alcances de esa integración binacional -considerada una de las más activas de la región- surge un emplazamiento público del mandatario venezolano a Santos, a través de su columna Las Líneas de Chávez. En el texto le advierte de una "fuerza exógena" que pudiera "descarrilar" las relaciones entre esas naciones.

"Todo lo que ya hemos alcanzado debemos cuidarlo con el mayor celo: no podemos dejarles flancos vulnerables a quienes pretenden que la discordia impere entre nosotros", dice Chávez al presidente colombiano. "Que no haya fuerza exógena alguna capaz de hacerle daño a nuestra convivencia fraterna, pacífica y productiva".

En el más reciente encuentro en Caracas, estos líderes acordaron agilizar los trámites asociados a las exportaciones colombianas, priorizando en una primera etapa, siete sectores: textil, calzado, medicamentos, productos de higiene personal y limpieza, alimentos, empaques, repuestos y autopartes. Y reconocieron al mismo tiempo, "el buen avance del proceso de regularización de la deuda debidamente validada", que mantiene el Gobierno con empresarios vecinos, "autorizando el pago de 336 millones de dólares hasta la fecha".

En esa oportunidad las autoridades locales anunciaron a los visitantes "la autorización de 456 certificados de origen para exportadores venezolanos con destino a Colombia, en sectores como químico, farmacéutico, plástico y textil, por 219 millones de dólares".

A cuenta gota

El presidente de Fedecámaras Táchira, José Rozo, se mostró complacido por el acercamiento de los gobiernos y el trabajo unísono que estiman concretar en función del estrechamiento de las relaciones. Sin embargo, cuestionó la manera oficial de propiciarlo.

Señaló que el presidente Hugo Chávez, el 10 de agosto, anunció el "restablecimiento pleno" de las relaciones. No obstante, apuntó, "sólo vemos que la intención del Gobierno es aprovechar la coyuntura para controlar más la economía: facilitará la permisología a siete rubros, dejando por fuera al resto de los bienes y productos sujetos del comercio binacional, como maquinarias". Refirió además que la apertura "no es plena, sino a cuenta gotas".

En otras palabras, afirmó el dirigente gremial, "el Gobierno sigue manteniendo el embargo" al libre tránsito de exportaciones e importaciones de mercaderías que se transan por la línea de frontera.

Rozo advirtió que durante los doce años de Gobierno, "Venezuela ha ido reportando una balanza deficitaria, cada vez más pronunciada". Eso se debe a que hemos perdido la competitividad, debido a muchas razones: el parque industrial venezolano está contraído y en recesión y el Estado ha expropiado a empresas e industrias fundamentales de la economía.

En su opinión "el papá Estado es el que importa, y como tal, hace negocios en el exterior sin pagar impuestos ni trámites engorrosos. En cambio, las empresas exportadoras tienen que acudir al ministerio del Comercio a solicitar el certificado de no producción, a Sencamer y permisos sanitarios" si el caso lo amerita. "Todo eso significa una espera de 30 a 45 días para agilizar los envíos". Transcurrido ese tiempo, "el empresario queda a merced de los funcionarios y su aprobación para exportar la cantidad de productos que así lo consideren".

El intercambio comercial colombo-venezolano llegó en 2008 a 7.200 millones de dólares, el mayor volumen alcanzado en la última década. Pero este año, consecuencia del congelamiento de relaciones -ocurrido en julio de 2009- podría fluctuar entre 1.000 a 1.500 millones de dólares, dependiendo del empuje del plan de trabajo conjunto.

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