Últimamente la Reserva Federal está recibiendo críticas de casi todos. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha sido tan fuertemente criticado que tuvo una aparición inusual el domingo en 60 Minutes para defender tanto a las políticas de la Fed como a sí mismo.
Pero no sólo los conservadores se están uniendo para criticar a la Fed y a su jefe.
Algunas personalidades de izquierda están comenzando a mostrar su desdén por los controversiales planes de la Fed para gastar 600,000 millones de dólares adicionales en bonos del Departamento del Tesoro a largo plazo, conocidos como facilitación cuantitativa o QE.
A diferencia de sus contrapartes conservadoras, los liberales no están tan preocupados porque la Fed ocasione una inflación fuera de control o porque debilite al dólar estadounidense con una compra tan grande de bonos. Sus críticas hacia esta nueva ronda de facilitación cuantitativa atacan el hecho de que es demasiado pequeña.
"Es un paso en la dirección correcta, pero no logrará lo suficiente", dijo Josh Bivens, economista del Instituto de Políticas Económicas, un centro intelectual de apoyo laboral. "Es muy difícil apoyar la medida".
Los críticos de izquierda piensan que la Fed debería estar inyectando mucho más dinero a la economía, quizás el doble de los 600,000 millones de dólares que se comprometió a gastar, según algunos economistas liberales.
Y a los liberales también les preocupa que la Fed esté repartiendo lo que consideran ‘acuerdos ganga' para Wall Street, y que no esté haciendo lo suficiente para ayudar al promedio de los estadounidenses.
La publicación de la semana pasada de los antes desconocidos detalles de la ayuda de la Fed para los bancos importantes y para las empresas de Wall Street, así como para los corporativos más grandes del país, ocasionaron un punzante ataque hacia la Fed por parte del senador de Vermont, Bernie Sanders, un autodenominado socialista independiente que se reúne en la cámara de los demócratas.
Sanders, uno de los autores de la provisión que exigía a la Fed hacer pública dicha información, criticó las revelaciones de los billones de dólares que la Fed prestó a los bancos importantes y a las compañías durante el clímax de la crisis, alegando que no hacían lo suficiente para ayudar a los estadounidenses promedio.
"No estoy diciendo que el poder de la Fed deba reducirse, sino que debería ser redireccionado", dijo. "Quiero que la Fed funcione de acuerdo a las necesidades de los pequeños negocios y de los estadounidenses comunes".
Además, prometió un mayor escrutinio a futuro sobre la Fed por parte del Congreso.
"Pretendo investigar si estos préstamos secretos de la Fed resultaron ser beneficios corporativos directos", dijo Sanders.
El lunes, Sanders envió una carta a Bernanke con media docena de preguntas sobre los programas de préstamos de emergencia de la Fed. Cuestionó si los ejecutivos de las compañías que habían recibido los préstamos tenían conflictos de interés porque también trabajaron en las juntas de varios bancos de distrito de la Reserva Federal. También dudó sobre la ayuda que la Fed ofreció a bancos extranjeros y a corporativos.
El republicano Dennis Kucinich, uno de los miembros más liberales de la cámara de los demócratas, también atacó algunas acciones recientes de la Reserva Federal. Dijo que le gustaría debatir las políticas monetarias de la Fed este mes, antes de que se retire de la presidencia del Subcomité de Políticas Nacionales del Comité de Supervisión de la Cámara y de Reformas Gubernamentales.
"La Reserva Federal debería financiar la inversión gubernamental en las reparaciones de infraestructura que más lo necesiten", dijo cuando la Fed anunció sus planes más recientes de compra de bonos. "Esto crearía empleos y ayudaría a la Reserva Federal a satisfacer su mandato de promover el bajo desempleo, en vez de ser una institución inconciente y de élite que sólo existe para el beneficio de los banqueros".
Por la derecha, Bernanke está esquivando las acusaciones de que las tasas de bajísimo interés ponen en peligro la inflación del dólar, creando burbujas de activos e incluso aumentando las tensiones globales.
La ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, se ha unido a los ataques conservadores hacia la Fed, alegando que la decisión de inyectar más dinero en la economía bajará el valor del dólar y elevará el precio de los bienes del consumidor, incluyendo los alimentos.
Una carta enviada dos semanas después a la Fed por la Jefatura Republicana del Congreso acentuó esas preocupaciones, al igual que lo hizo una carta abierta redactada por algunos economistas conservadores líderes.
El republicano texano Ron Paul, un fuerte crítico de la Fed al que le gustaría abolir de tajo al Banco Central, está por convertirse en presidente de un subcomité de la Cámara sobre políticas monetarias. Dijo a CNNMoney.com que planea sostener audiencias para que los críticos de las políticas de la Fed puedan hacerse oír.
Y la semana pasada, el crítico más fuerte de las políticas de la Fed, dentro del mismo Banco Central, el presidente de la Reserva Federal de Kansas City, Thomas Hoenig, habló ante los miembros republicanos del Congreso. Algunos legisladores republicanos pidieron que se pusiera fin al mandato dual de la Fed de intentar promover tanto precios estables como pleno empleo.
"Los estadounidenses han sido testigos de una era de préstamos y gastos sin precedentes por parte del gobierno nacional", dijo el jueves pasado a CNNMoney el republicano Mike Pence, del estado de Indiana."Sé que la Fed no puede mandarnos de vuelta hacia la prosperidad".
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