diciembre 23, 2010

Los últimos tiros

Mientras Raúl Castro declara “que la ampliación del sector privado es irreversible” con lo cual -después de 50 años de régimen comunista- “espera revivir la frágil economía de Cuba”, aquí se esta haciendo todo lo contarios; y los venezolanos no estamos dispuesto a esperar a otros 38 años de experimentos desastrosos para que nuestro país recobre el estatus de país democrático. Con la Habilitante, extendida su vigencia hasta prácticamente a lo que queda del periodo constitucional, el actual régimen ha mostrado sus debilidades y ha cargado con toda la responsabilidad de enfrentar una realidad que se le vuelto mas difícil y complicada, sacar el país de la crisis que ha provocados y darles techo a 130 mil damnificados; si por el contrario, piensa como dice hacer, que va a radicalizar las medidas para crear las bases del social-comunismo, se esta engañando a si mismo porque este proyecto está basado sobre leyes que son irritas con la Constitución, la mayoría que requeriría determinado plazos para su aplicación las cuales desaparecerán, como la nieve al sol, una vez restablecida las normalidad. Con ese apuro, para aprovechar la ventaja que le quedan de contar con una Asamblea Nacional cómplices se macabro plan, ha creado una inmensa crisis de consecuencias inmedibles e incontrolables que no podrá ser resuelta con más de lo mismo.

Por lo demás, Asamblea Nacional hasta el 5 de enero próximo y Ejecutivo acompañados por los demás Poder del Estado bajo control del régimen están actuado reaccionando por los resultado electorales del 26 de septiembre, fecha en cual sonaron los clarines que anunciaron el declino de la popularidad que con tanto arrogancia lo detentores del poder alardeaban responden disparando los últimos tiro con deliberado propósito de completar las bases “legales” para que se imponga el socialismo del siglo XXI -léase comunismo- con una legislación que responde al la interpretación de la Constitución del Jefe de la revolución y sus acólitos; proceso, que se desarrolla bajo la estricta vigilancia de los 46 mil gendarmes castrista -de la vieja guardia- que se encuentran en el país, y si con ello piensan que podrá dominar la situación; es decir, hacer en poco meses lo que no han podido hacer en doce años de desgobierno, menos lo podrán hacer en estos dos ulti- mo años que le quedan, y por consiguiente no solo están equivocados sino que confunde los que ellos consideran éxitos del proceso con los fracasos y la desastrosa consecuencia, que sufre el país entero cansado de tantos atropellos, muertes y otros castigos que lo impulsa a reaccionar.

Una explicación de lo ocurrido pudo ser el gran error de percepción de la realidad del país que han tenidos estos revolucionarios trasnochados en cuanto al situación heredada de los gobiernos civiles de la democracia contemporánea 1959-1999, dentro cuyo periodo se bien se cometieron errores no se pueden llegar a desconocer los importantes logros alcanzados por el país. En todo caso, cualquier gobierno que sustituya el anterior si no es capaz de corregir los errores y mejorar las condiciones de vida de población tarde o temprano estará destinado al fracaso porque, en este tiempo de globalización, ni es reprogramable el comunismo ni nadie podrá sustituir la iniciativa individual y la empresa privada para genera riqueza y bienestar. Desafortuna- damente Venezuela es otro ejemplo de los fracasos de otros experimentos, del pasado y del presente, en los países que cayeron victima de esa ideología porque se basa en el principio que para construir primero hay que destruir; y mientras Cuba inicia un lentos y difícil retorno y otros países otrora victima de ese experimento ya están en la orbita de los países de la economía del mercado, el régimen que nos gobierna pretende radicalizar para terminar de arrebatar todas las libertades y asumir todo el Poder ahora cuando empieza su declino y esta actitud de radicalización con medidas legislativas que son irrita con lo que pauta en materia de libertades la Constitución que -como tanta otra quedaran en el papel- y esta carrera contra el tiempo pareciera más a un acto de arrebato que a una acción racional de un régimen que reincide en ir contra corriente cuando su mentores vienen de regreso

Evidentemente los riesgos son muy altos de parte y parte; de un lado esta de por medio la sobrevivencia del régimen, por la otra esta la recuperación de la libertad que significa el abandono del absolutismo y con ello el lento y dificultoso retorno a la normalidad democrática; dos realidades no son compatibles y por consiguiente no pueden convivir. Es evidente que el régimen no entendió que quitarle la libertad a quienes de una forma u otra la han disfrutados no es lo mismo que imponer el sistema autocrático dictatorial a quienes nunca la han tenido: sin embargo debemos reconocerles la sinceridad al líder de la revolución de su continuos y reiterados llamados a la fuerzas de la revolución bolivariana para se unan para vencer y destruir a los que él define como sus enemigos que hay que destruir: la burguesía, lo pitiyanqui, el capitalismo, la propiedad privada, la libre expresión del pensamiento, en un clima de paz y de convivencia; apropiarse los medio de producción que, a su criterios, deben estar en mano del estado omnipotente y omnipre- sente y siempre mas ineficiente, con lo cual piensa ahogar también a los medios de comunicación social para que el país entre en un silencio sepulcral, única forma que el régimen pueda subsistir.

Vienen tiempos difíciles pero tienen sus ventajas: por ejemplo si la nueva Asamblea Nacio- nal estará- como en efecto será- limitada o casi neutralizada en sus funciones de legislar, la oposi- sción democrática tendrá todo el tiempo disponible para dar seguimiento a las acciones del régi- men para plantear dentro de la Asambleas las denuncia con los argumentos apropiado y asi desarrollar una acción informativa hacia afuera, suficientemente documentada, explicando las de las consecuencias de las medidas que el régimen impondrá con la habilitante con la precaución de no caer en excesos que pudiera dar lugar, como ya le comento el jefe de la revolución que tam- bién el gobierno democrático del Presidente Rómulo Betancourt ilegalizo partidos políticos y esta pudiera ser la trastada que no podemos darles el gusto que el régimen tenga pretexto parta come- terla. Por esas y otras razones debemos actuar fuerzas políticas democráticas y fuerzas sociales organizadas de una forma que los avances no se pierdan sino lograr poner en evidencia quienes deben pagar el costo político de sus acciones.

Dentro del cuadro que ha creado, la inflación será implacable y esa es como la tos que se puede reprimir pero luego explota. El aumento del costo de la vida ira parejo a la falta de abaste- cimiento de bienes esenciales y de que aquellos que se han hecho necesarios como repuestos y de los insumos poder producir bienes terminados y obligatoriamente seguir importando alimentos para sobrevivir. Las ocupaciones de tierra continuaran destruyendo la producción agrícola y pecuaria, la ocupación de inmuebles no genera ingresos sino gastos, la ocupación forzosa de medios de producción solo causar desempleo y déficit operativos el todo será fuente de conflictos por-que ahora los negociados para callar las reacciones han demostrado que no sirvieron a frenar el avance del proceso y la idea de que se podía convivir o convencer ha desvanecido frente a la actitud de arrasar todos lo que queda como venganza por no haber logrado doblegar a la mayoría de los venezolanos que, de una forma u otra, han resistido y que rechazan el modelo político que se está imponiendo.

Ahora bien: ¿Puede ser creíble que si en doce años en los cuales prácticamente el régimen no ha hecho nada para resolver las necesidades de viviendas populares, lo va lograr ahora –en los dos años que le quedan, con más de cien mil damnificados, que se agregan a los sin techo, conse- cuencia de una situación que se ha hecho más critica por el incremento desorbitante de las cons- trucciones en terrenos sin servicios básicos, que ha sido la causa de una mayor cantidad de damnificados? ¿Puede ser factible que con la política de fraccionamiento de los contratos para la construcción de obras públicas, bajo la forma de las cooperativas, se pueda mejorar la eficiencia y bajar los costos por las reparaciones y reconstrucciones de vía urbanas e interurbanas? ¿Encontra ran la forma de detener el flagelo de las muertes accidentales y las otras que semanalmente registran las informaciones no desmentidas? ¿Lograran para la sangría de la corrupción que lo que mortifican y frustran a quienes sufren las consecuencias de un mal gobierno? ¿Serán capaces de invertir en Venezuela los recurso que dispones para atender a la emergencia sin que se repita la tragedia de los contenedores ¿Serán capaces de poner a producir sin perdidas a las empresas de los sectores básicos que con la estatización han caído en una profunda crisis que nos obliga impor- tar acero y otros productos que antes exportábamos? Y finalmente ¿Tendrán la capacidad y la voluntad de superar las fallas creadas en la Administración Publicas para evitar las desviaciones de recursos que todavía abundantemente dispones en los Fondos que a discreción son utilizados por el Ejecutivo? O los Fondos esta sin fondos. Que nos lo digan, porque lo que nos queda –como el petróleo- es de todos los venezolano; así dicen ellos.

Estas son, entre tantas, situaciones que no podrán encontrar solución dentro de este régi- men que persiste en excluir al sector privado organizado venezolano en todo cuanto le sea posible para sustituirlo con modelos productivos que se han demostrados ineficientes, incapaces y corruptos y que ha recurrido a la protección de gendarmes extranjeros -de varias nacionalidades- porque esta consciente de cómo la piensa la gran mayoría de venezolanos porque sabe que son los que pagan las consecuencias de alocada intención de imponer el proyecto revolucionarios cuyo costo político será el fin de ese trágico experimento.

Lo que nos queda -por ahora- y desearnos una feliz navidad porque en los años venideros tendremos mucho trabajo. La perseverancia y la fuerza bien empleada debe ser el comporta- miento responsable y eficiente en estas difíciles horas que vive el país.

Eddo Polessel
Ex Presidente de Fedecámaras

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