Si nos lo preguntan, el mejor regalo para dar en esta Navidad en donde la crisis se revela muy bien oxigenada, es sin duda el efectivo.
Razones. La primera de ella es que regalar efectivo hace que las buenas intenciones se encuentren con lo práctico. En este época de paro desbocado y anuncios de un PIB que, en el mejor de lo casos, va a alcanzar un 0,3% en el 2011, y de una recuperación que se rezaga hasta el 2014, y sin recuperación de empleo, vale esa máxima de los nuevos ricos post-subprime: El efectivo es el rey.
La segunda es que si damos efectivo, recibiremos efectivo, y podremos hacer con él lo que debemos. Intentad pagar los saldos pendientes de la tarjeta con un osito de peluche o el último Smartphone.
La tercera es que romperemos, sobre todo en el caso de los regalos a los niños, con las obligaciones consumistas. Los chavales quieren el iPad o el iPhone, lo que significa para sus sufridos padres echarse a la espalda obligaciones de por lo menos 300 euros mensuales en pagos de conectividad 3G y apps chulas, No, señor, eso no está bien.
Y la cuarta es que seremos más equitativos. Demos a todos la misma cantidad de dinero, y dejémonos de comprar mejores cosas para unos y baratijas para otros. No demostremos más el amor con el tamaño del regalo, sino con la disponibilidad de nuestra cuenta corriente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario