enero 16, 2011

1.400 empresarios del mundo, entrevistados por la firma Ernest & Young, esperan una economía más competitiva

Los mercados emergentes saben que el ingreso de multinacionales intensifica el reto para competidores locales. La competitividad de las empresas es un maratón sin fondo. Por un lado, hay que mantenerse en primer lugar, y por otro ser concientes de que no hay una meta determinada, sino que es necesario correr sin lugar a recesos.
Y así lo reconocieron 1.400 empresarios del mundo, entrevistados por la firma Ernest & Young, que indican que las empresas de todos los sectores y mercados esperan que la nueva economía sea más competitiva que la anterior en los próximos dos años.
El documento permite concluir que cada vez hay mayor presión competitiva que se extiende en toda la cadena de valor para la mano de obra, los materiales de insumo y el capital.
Quienes provienen de los mercados emergentes esperan que la competitividad aumente considerablemente conforme ingresan las empresas de mercados desarrollados y se intensifica el enfoque de los participantes locales.
La competencia en la nueva economía es dinámica y está compuesta por cuatro factores macroeconómicos que, si bien no son nuevos, tienen mucha más relevancia que antes.
Los mercados emergentes siguen creciendo, pero existe una variación considerable en su desempeño. Lo mismo sucede con los mercados desarrollados; algunos presentan un mejor desempeño que el esperado, mientras que otros enfrentan dificultades o continúan en descenso.
Los segmentos de mercado presentan la misma variación en su desempeño y proyección. Existe un resurgimiento general y cada vez mayor de los compradores conscientes de los costos, pero algunos segmentos de lujo continúan prosperando. Los antiguos patrones de compra están bajo presión. Los límites entre los grupos de compradores se superponen y cambian, desafiando las teorías de entrada al mercado, incluso de los participantes más establecidos.
El ciclo de vida de los productos se acorta conforme aumenta la innovación. Las proyecciones económicas se modifican y las mediciones se corrigen trimestralmente en casi todos los mercados. La volatilidad ejerce mayor presión en la cadena de suministro, que ahora debe adaptarse rápidamente al cambio.
Muchos ejecutivos esperan una reducción de los precios en su mercado o un aumento de los costos, lo que plantea interrogantes sobre su viabilidad financiera.
NERVIOSISMO
Atraer y retener al personal sigue siendo un problema con enfoques infinitamente divergentes de los niveles de contratación de personal, tanto en la caída como en el surgimiento de la nueva economía.
El capital parece ser limitado y se observa cautela para enfrentar los riesgos, las nuevas normas que con seguridad se formularán y la reducción fiscal que se está implementando. Crece la demanda de mayor transparencia y una mejor gestión. Si bien las empresas pueden optar por centrar su atención en algún aspecto particular del plan competitivo como la base de su estrategia, creemos que todo está relacionado.
Hay conciencia sobre el mercado global
El 79 por ciento de los 1.400 empresarios cosultados expresó que su mercado es cada vez más global.
Y es que la competencia en la nueva economía está conformada por cuatro factores macroeconómicos que, si bien no son nuevos, ahora cobran mayor importancia para los ejecutivos.
Si bien los mercados emergentes están creciendo, aunque más lentamente que antes, existe una variación significativa en el desempeño entre estos países.
Se prevé que la variación en el desempeño de los mercados continuará. Por ejemplo, para 2015, China e India habrán crecido en 83 por ciento y 74 por ciento, respectivamente, mientras que el Reino Unido y la Eurozona crecerán sólo 11 por ciento y 7 por ciento, respectivamente. Aunque la variación de los mercados siempre ha estado presente, a medida que la economía global se hace más interdependiente, su efecto cobra mayor importancia.
Las tendencias de los productos siempre han ido y venido, pero ahora su vida útil es más corta debido a que se acelera la innovación y se usa como táctica para competir con participantes de bajo costo. Alrededor del 50 por ciento de los encuestados afirmó que hay una mayor volatilidad de los mercados, aunque esto difiere considerablemente de un sector a otro. Este factor se acentúa principalmente en los sectores de servicios, pero es importante en todos.
El aumento de la volatilidad también es una realidad para las tendencias económicas. Un trimestre de crecimiento puede estar seguido de un trimestre o dos de bajas. Las proyecciones económicas se están modificando y las mediciones se corrigen trimestralmente.
En comparación con el año pasado, las empresas están reportando una leve mejora en Ebitda (esto es ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización).
Empresas de hoy deben actuar con más cautela y transparencia; turno para la creatividad
El éxito en la nueva economía dependerá de si las empresas pueden responder a los macrodesafíos.
Después de la gran recesión mundial de la década de los 30, no es de extrañarse que todas las partes interesadas estén algo nerviosas por ver lo que les depara el futuro. Los inversores perdieron dinero, alrededor de un millón de millones de dólares americanos.
Los reguladores fueron cuestionados sobre la eficacia de sus regímenes normativos para impedir lo que, en retrospectiva, parece haber sido un conjunto de prácticas y eventos evitables.
Las consecuencias para la dirección son una combinación de cautela y determinación sobre el futuro, hacia los riesgos que deben enfrentarse, las normas que casi seguramente se formularán y la reducción fiscal que se está implementando. Al mismo tiempo, los inversores y reguladores demandan más transparencia y cambios en las normas contables y de informes para lograrlo.
El éxito en la nueva economía dependerá de si las empresas pueden responder a estos cuatro macrodesafíos: mejorar la forma de llegar al cliente, la agilidad operacional, la competitividad de los costos y la confianza de las partes interesadas.
El pensamiento estratégico tradicional ha argumentado que el éxito competitivo se basa en la elección y la atención. El cumplimiento de las partes interesadas se trata como algo obvio y la eficacia de los mercados es una suposición en la mayoría de los modelos.
EQUILIBRIO CON CRECIMIENTO
Para lograr una ventaja competitiva, las empresas deben decidir si desean centrar su atención en la intimidad con los clientes, la innovación de los productos y la rentabilidad.
Pero dado el poder de los motores económicos que tienen un impacto en la nueva economía, consideramos que el éxito competitivo se basará en lograr el equilibrio correcto de las cuatro áreas mencionadas en el gráfico.
Claramente, sigue existiendo una tensión considerable entre estos cuatro objetivos que exige a las empresas tomar una decisión estratégica sobre dónde desean centrar su atención. Si bien el enfoque sigue siendo importante, volver a la rentabilidad de crecimiento requiere que las organizaciones evalúen su desempeño en las cuatro dimensiones de este marco.
46 por ciento de los encuestados cree que el mercado será considerablemente más competitivo en dos años.
La poscrisis obliga a otro plan de desempeño
El 85 por ciento de las empresas considera que su mercado será más competitivo en los próximos dos años.
Cuando Ernest & Young hizo una encuesta entre los participantes del mercado en enero de 2010, observó que las empresas estaban empezando a regresar al negocio, pero no a la normalidad. Estaba claro que se necesitaba de un nuevo plan de desempeño para un nuevo tipo de mercado.
Pero conforme la recesión se convierte en una lenta recuperación, es necesario comenzar a ver un regreso paulatino de la competencia a los niveles previos a la crisis.
En cambio, una abrumadora mayoría de los encuestados, 85 por ciento, considera que su mercado será más competitivo en los próximos dos años. Así mismo, 46 por ciento cree que será considerablemente más competitivo.
Por un tiempo ha resultado evidente que la crisis económica de los últimos años es diferente de las recesiones cíclicas de las décadas anteriores. En parte por su magnitud, pero también por el impacto sobre las megatendencias que se han desarrollando por varios años. La crisis financiera y las medidas tomadas para abordarla revelan una nueva economía que parece ser diferente de aquella a la que estamos acostumbrados.
La globalización ha estado en marcha por décadas, al igual que el impacto de la tecnología digital en la producción, distribución y comunicación; los grandes cambios demográficos y la mayor movilidad de capital; sin embargo, de algún modo la crisis financiera ha marcado un punto de inflexión donde estos factores han pasado de ser tendencias de largo plazo a convertirse en desafíos inmediatos.

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