La banca española acumula 323.000 millones de euros en créditos a promotores inmobiliarios, lo que supone casi la tercera parte (31%) del Producto Interior Bruto (PIB), según un artículo de la revista 'The Economist'.
Si a esta cifra se le añaden los préstamos a la construcción, la exposición del sistema financiero al ladrillo se eleva al 42% del PIB, dice el texto, tras enfatizar que "la mayor fuente de preocupación para las entidades es la burbuja de la vivienda en España".
A su parecer, no existe consenso acerca de cuánto capital adicional necesita el sistema financiero, ya que los informes de Moody's apuntan a 17.000 millones de euros para elevar el capital de máxima calidad ('Tier 1') al 8%, mientras que UBS dispara las necesidades para recuperar la confianza de los mercados hasta 120.000 millones.
'The Economist' indica que si al escenario más catastrófico contemplado por el Banco de España se añade "una calamidad en préstamos a promotores y constructores de dimensiones similares a las registradas en Irlanda", las pérdidas del sector financiero podrían elevarse a 270 millones de euros, 60 millones por encima de la cifra que maneja el instituto emisor español en el panorama más oscuro.
Si los prestamistas obtuviesen solo la mitad de las ganancias de capital en el escenario más adverso contemplado por el Banco de España, tendrían que encontrar nuevo capital por importe de 140.000 millones de euros (el 13% del PIB) para elevar su ratio de 'Tier 1' al 10%.
En este punto, la revista añade que en relación al tamaño de la economía, este importe sigue siendo significativamente inferior al coste del rescate de Irlanda por parte de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Además, cita al analista de Evolution Securities Arturo de Frías para subrayar que la exposición de la banca española al sector de la promoción es inferior al que sugieren los números oficiales debido a la forma en que los préstamos están clasificados.
Según Frías, los bancos pueden absorber las eventuales pérdidas en este segmento a través de la generación de beneficios, mientras que las cajas de ahorros necesitarían captar alrededor de 50.000 millones de euros de capital nuevo.
Detalles sobre el ladrillo en los resultados anuales
Las entidades financieras desvelarán a petición del Banco de España información detallada sobre su exposición a la promoción y construcción inmobiliaria, incluyendo el colateral sobre el que se respalda el valor de los activos, en los informes anuales correspondientes a 2010.
"Cualquier señal de que las cajas de ahorros son capaces de captar capital en los mercados sin apoyo oficial sería positivo" para contribuir a despejar las dudas de los inversores sobre la solvencia del sistema financiero español, considera.
La reforma de la ley de cajas habilita a estas entidades a captar capital en los mercados para reforzar su solvencia y abre la puerta a los inversores, pero con los bancos cotizados "a precios baratos", las cajas tendrían que dar "acciones" para atraer a los inversores, según 'The Economist'.
El artículo sobre la situación de la banca española, a la que califica de "sitiada", indica que las dudas sobre el sistema financiero "han resurgido con vehemencia" después de que los mercados acogieran favorablemente los resultados de las pruebas de resistencia del pasado mes de julio.
Sólo los dos mayores bancos españoles, Santander y BBVA, han colocado emisiones de deuda en los mercados, y lo han hecho a precios elevados, argumenta. En 2011, el sistema financiero debe hacer frente a vencimientos por importe de 90.000 millones, de los que el 45% corresponden a dichos bancos, según datos de Barclays Capital.
Aunque los bancos reducen progresivamente su dependencia de la financiación del Banco Central Europeo (BCE) gracias a su mejorado acceso al los mercados de recompra de activos a corto plazo (repo), "la financiación a largo plazo sigue siendo esencial", destaca.
Por otra parte, 'The Economist' recuerda que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, defiende que la percepción de los mercados es mucho peor que la realidad y que las cajas no necesitarán este año más capital público, pero estima que los inversores ven demasiado optimismo en estas declaraciones.
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