El 2011 luce difícil. La economía en recesión e inflacionaria. En lo social, la conflictividad va a ser recurrente y creciente y en lo político los desafíos son múltiples, lo que no debe implicar que abandonemos la ruta democrática y electoral de cara al 2012. El primer espacio de participación sin lugar a dudas son los espacios públicos o como dice la gente: la calle, y aquí los partidos políticos tienen una gran responsabilidad de acompañamiento. Igualmente es importante recuperar la Asamblea Nacional como espacio político por excelencia para la denuncia, el debate y las contralorías necesarias a un poder ejecutivo desbocado. El riesgo de esta Asamblea Nacional es que se convierta, como dijera Monseñor Lückert, en una gallera o en un museo de cera de figuras anacrónicas, acartonadas y encasilladas. El régimen va a seguir intentando huir hacia adelante, mostrando una fortaleza que no tiene, de hecho es un gobierno fuertemente comprometido por la corrupción y la ineficacia y ya sin el respaldo mayoritario que en algún momento pudo tener. Sus políticas erráticas y arbitrarias cada día son más resistidas y adversadas hasta lograr el recule presidencial con el IVA y la desastrosa y apresurada Ley de Universidades que apuntaba a la ingobernabilidad y destrucción de la Universidad para facilitar el control político de las mismas al gobierno así como la mediatización e instrumentalización ideológica de la misma.
Ángel Lombardi
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