Conseguir nuevos clientes siempre ha sido importante, pero, ¿Dónde están?
No podemos ceder en esa búsqueda, no podemos rendirnos.
Antes de este periodo de recesión todo valía, todo se vendía, no te iba a ir demasiado mal porque no te diferenciaras, porque tu servicio no fuera tan bueno, perdías un cliente pero habías ganado ese día dos.
Lamentablemente ya no es lo mismo, si no destacas, si tus servicios no son óptimos, si no convences, si no te esfuerzas……Muchas son las empresas que están cerrando, muchas, las que tienen que adaptar sus infraestructuras a los nuevos tiempos.
La solución no es cruzarse de brazos, ni esperar. Esperar a qué, a que cambie el qué…
La solución está en el esfuerzo, en creer en uno mismo y en lo que aporta, en su ayuda hacia los demás y en saberlo trasmitir.
Hoy más que nunca la labor comercial tiene que ser embajadora de esperanza, de alegría, de vitalidad, debe aportar color a este negro panorama, transmitir a las empresas que no está todo perdido, que se puede salir adelante, que incluso se puede crecer.
Cuando se cree en lo que se predica, que fácil es llegar a los corazones…
Te propongo una cosa comerciales del mundo. Creamos en nosotros, en nuestra empresa, en nuestros productos. Llenemos nuestros bolsillos de alegría, de esperanza y salgamos a la búsqueda de ese preciado colectivo.
Donde solo encontremos grises, dejemos nuestro trocito de color con la alegría, la amabilidad y la educación.
Yo siempre he oído que quién siembra recoge.
Demos una vuelta a nuestros negocios, respondámonos a las preguntas de ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Dónde? y ¿Cuándo? Y una vez tengamos ese convencimiento, gritémoslo lo más fuerte que podamos, que llegue a todos los rincones.
Si siembras, recoges, si…,pero si además lo realizas sobre el terreno y el clima adecuado recogerás una mejor cosecha.
Y no, ….el cliente no está en peligro de extinción.
Anabel Macías
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