Aquellos a quienes se les escamotea el derecho y las oportunidades para lograr el bien ser, el bien hacer, el bien estar, el bien tener, y sin embargo, asumen esta realidad como normal. Y aquellos a quienes se les ofrecen el derecho y las oportunidades mencionadas y las asumen también como una realidad normal. Ninguno de los dos tipos cuestiona o evalúa en profundidad su situación. En términos coloquial a ambos les asienta bien el calificativo de Clinton: “los venezolanos, son tipos chéveres”… Y así vamos. Viviendo el día a día con nuestros mapas duales de optimismo y pesimismo, de respeto e irrespeto, de comodidad, de cosas a medias, de simplificaciones y esperando soluciones que nunca llegan por parte de los gobiernos y aceptando con resignación los gobernantes que nos merecemos… El venezolano “bombillo” y el venezolano “roble”. El primero, es el típico pantallero que vive de poses, echonería y pedantería, es el que siempre interviene en las reuniones para hacerse notar y afirma cosas que no se cree, generalmente esa pantallearía es sonsa y hasta sin malas intenciones, porque lo que el pantallero busca es lisonja, adulación y el reconocimiento de que es “alguien” y que es tomado en cuenta. El segundo, es el tipo de venezolano que se faja duro, el que busca solucionar lícitamente sus necesidades, en este grupo entran los que se han preparado y aquellos que a pesar de no tener mucho nivel de educación formal tienen responsabilidad y espíritu emprendedor… Y es que de verdad somos emprendedores. El estudio GEM Venezuela nos revela que estamos entre los países mas emprendedores del mundo; solo que el emprendimiento está orientado en un 51,6% al sector Comercio (bodegas, venta de víveres, dulcerías, chucherías, repostería, comida rápida, comercio de ropa, textil, quincallas, venta de repuestos y accesorios, pegaditos, cosas de casa); en un 43,8% al sector Servicio (comida rápida, restaurantes, peluquería, estética, transporte, taxi, estacionamiento, taller mecánico); tan solo está orientado un 2,4% al sector Industria (manufactura y construcción);mientras que se orienta un 2,2% al sector Primario (agricultura, pesca, minería)… Y eso se deriva de nuestro cortoplacismo. Al consultarle a los emprendedores actuales sus expectativas para recuperar la inversión, el estudio revela que el 63% quiere recuperarla en un año; el 19,7% en dos años, el 5,7% en cinco años, y apenas el 0,5% en veinte años, el 8,4 % no sabe y el 3% no contesta… El venezolano evade los cambios. El mundo está cambiando con una velocidad sorprendente y con una fuerza tan arrolladora que ni el Estado, ni la Iglesia, ni el sistema de enseñanza, ni las empresas son capaces de frenarlos. Cada 72 horas se duplica la información, lo cual debería conllevar a abandonar mapas y paradigmas del pasado. La información que nos llega conjuntamente con la tecnología constituye una fuerza arrolladora que lo va transformando todo, y su avance está permitiendo descubrir la esencia de los sistemas y de las mismas leyes del universo; no obstante no les prestamos la suficiente atención, y vivimos en unpermanente recuerdo de pasados gloriosísimos que, para el colmo, no son nuestros… El liderazgo como factor critico. Venezuela, para nuestro pesar, es uno de los pocos países que todavía cuenta con un importante contingente de personas que cree en líderes mesiánicos, la casi totalidad de los países saben que este tipo de líder ya no existe y por ello centran mas bien la necesidad en líderes con una comprensión profunda de los procesos cada vez más complejos, diversos y variables que están ocurriendo en el universo. Por estas razones los venezolanos seguimos siendo para el mundo “unos tipos chéveres” que contamos con riquezas de todo tipo, y tan solo nos falta una cosa: ¡Educación!
Miguel Muñoz/munozmiguel5@hotmail.com
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