Para salir pronto de la crisis, Centroamérica debe buscar integrarse como sea, pues solo así puede convertirse en una economía competitiva en la que haya oportunidades de progreso para las nuevas generaciones. Un camino efectivo para la integración regional es trabajar por establecer una cultura empresarial más ética y humana. Si abriéramos las entrañas de las cientos de empresas salvadoreñas, pequeñas o grandes, saldrían a borbotones miles de personas, las cuales son la mejor riqueza de nuestros países. Por lo tanto, las decisiones que realizamos los dirigentes de la empresa privada tienen repercusión, para bien o para mal, sobre miles de miembros de sus respectivas familias. Desde las perspectivas ciudadanas y de negocios, es necesario involucrarse en la prevención de la delincuencia juvenil y en el fomento de una nueva Cultura de Legalidad y excelencia laboral, como dos caminos efectivos para salir de la situación actual de inseguridad y corrupción, que mina la competitividad de nuestros países y empresas, ahuyenta las inversiones y menoscaba el respeto a la institucionalidad. Consciente de esta realidad, la Fundación Empresarias por la Responsabilidad Social (EMPREPAS) presentó hace poco el inicio del "Pacto regional y RSE-Ética: Colaboradores felices, empresas productivas".
Como organización que parte de la sociedad civil, EMPREPAS coincide con las voces de gremiales y tanques de pensamiento que urgen participar en la lucha contra las intimidaciones a la democracia y la paz: el narcotráfico, el crimen organizado, las pandillas juveniles, los delitos de corrupción institucional, extorsión y trata de personas.
Entre los objetivos de las actividades futuras se pretende sensibilizar y unir a los empresarios de la región en una nueva orientación dentro de la RSE que pone a la familia en el centro de la escena como creadora de capital humano y social, elementos indispensables para generar desarrollo social, mejorar la calidad de los ciudadanos y ahondar en la reducción de la pobreza.
Los casi 40 representantes empresariales mostraron interés por incursionar hacia este proyecto. Se les demostró la correlación directa de competencias personales que se desarrollan en la familia con las competencias directivas a poner en práctica en las empresas. Entre ellas, orientación al cliente, integridad, comunicación, visión de negocio, mejora personal y toma de decisiones.
Funcionarios gubernamentales comentaron que a veces se olvida que "la familia es uno de los protagonistas decisivos de la sociedad y del desarrollo sostenible, lo que justifica la especial atención de que debe ser objeto por parte de los poderes públicos".
El expositor invitado, Hugo Cruz, del IESE Business School, Barcelona, recordó la importancia de la igualdad hombre-mujer, que pasa por "incrementar la participación de los hombres en el cuidado y atención de los hijos, por fomentar un entorno, estructura y organización laborales que respondan a las necesidades de los padres y madres con hijos a su cargo, y por apoyar el desarrollo de servicios y prestaciones para cuidar a los familiares con graves problemas de dependencia".
Ya en 2002, Gloria Kan, experta de Asuntos Sociales de la ONU, afirmó: "La familia nos aporta seguridad emocional, amor... pero también nos enseña a dar, a subordinar el bienestar de uno al de los demás, a ser solidarios y altruistas, a desarrollar nuestro espíritu cívico". El hogar es la primera escuela que enseña la verdadera dimensión del trabajo bien hecho, entendido como servicio excelente y la mejor contribución a la sociedad.
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