No hay plata. Salvo para sobornar a los encuestadores de Gallup y montar el embuste más colosal de la historia. No se le cae la cara de vergüenza. La tiene atornillada al pescuezo. Pero cuidado cuando el río se desborde. Para esa muy previsible circunstancia no habrá dique de papel que contenga la indignación y la ira.
En Bs. 180 mensuales será aumentado el salario básico el Primero de Mayo, fecha insigne de las luchas de los trabajadores del mundo por el mejoramiento de sus condiciones salariales. Son exactamente Bs. 6 diarios. Considerando que el precio de un guayoyito en cualquier panadería del país está por el orden de los Bs. 7, el ejemplar comportamiento del Jefe Supremo del socialismo del siglo XXI muestra su verdadero talante. Da un aumento que no alcanza para tomarse un guayoyito al día. ¿Broma macabra, olímpico desprecio por el estómago de los pobres, o confesión de la bancarrota en que ha sumido a Venezuela en sus 12 años de desgobierno?
Que cualquiera de nuestros lectores – y los foristas son sumamente acuciosos – haga el intento de ir a un auto mercado y vea qué puede adquirir con Bs. 6. Alguno de los sabios del régimen, en ausencia del contralor general de la república que se recupera de un ACV en la clínica más costosa, elegante y exclusiva del país, a razón de Bs. 30.000 por día – veinte meses de salarios básicos cada 24 horas – dirá que ese aumento es sólo la primera parte, que la segunda, otros Bs. 4 diarios, le será agregado a partir del 1º de septiembre.
Según cálculos oficiales, la inflación este año rondará el 27,5%. Los escépticos, vale decir, los que no le creen a otro de los árabes del talibanismo gobernante, Elías Eljuri, el contador oficial del reino, manejan las cifras oficiales del BCV con pinzas, aseguran que rondará el 35%. Lo que significa en plata, que los Bs. 6 de hoy se habrán reducido a Bs. 4. Y los Bs. 4 de entonces representarán el valor de poco más de Bs. 2. Quedaremos en las mismas. Al final del año, el aumento del salario mínimo será el mismo: seis bolívares. Ni un guayoyito.
Provoca recordar el chiste del padre avaro, que cuando su hijo le pide Bs. 5 para ir al cine le responde: ¿para qué quieres cuatro bolívares si con tres tienes? Toma dos. ¿En qué andarán los comunistas del PCV que pedían un 45% de aumento? Es el nuevo invento del sabio heredero del marxismo-leninismo-castrismo: el socialismo de papel. Así como le niega un guayoyito a las clases trabajadoras y a los empleados públicos, obligándolos a coserse los labios para ver si consiguen una limosnita, así mantiene a profesores y catedráticos de las universidades, a los maestros de escuela, a los obreros de Alcasa, Venalum, Ferrominera y pare usted de contar. En la propia carraplana.
Ni siquiera se preocupa de blindar sus promesas: ofrece casas para el 2020 y se compromete mostrando una maqueta o un planito. Anda repartiendo dibujos de viviendas populares que sepa Dios y la Santísima Virgen cuándo se harán realidad. Puede alguien cubrirse del frío, la lluvia y la inseguridad con una maquetita de cartón?
Se acabó la plata. Salvo para sobornar a los encuestadores de Gallup y montar el embuste más colosal de la historia. Según el misterioso responsable de una de las más famosas encuestadoras del planeta, el 65% de los venezolanos vivimos mejor que los holandeses. No se les cae
la cara de vergüenza. La tienen atornillada al pescuezo. Pero cuidado cuando el río se desborde. Para esa muy previsible circunstancia no habrá dique de papel que contenga la indignación y la ira.
Pedro Lastra
Pensionado de Pdvsa
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