El belga Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, ha llegado a China para iniciar una visita oficial de cinco días centrada en la venta de deuda europea al país asiático, en el intercambio comercial bilateral y en obstáculos como los recientes aranceles "antisubsidios" europeos.
Van Rompuy permanecerá hasta el miércoles en Pekín, donde se reunirá con el presidente chino, Hu Jintao; con el primer ministro, Wen Jiabao, y con el vicepresidente, Xi Jinping, entre otros funcionarios del régimen comunista, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
Según la agenda de la visita, que se produce a instancias de la invitación de China, está previsto que el líder europeo se desplace después a Chengdu, capital provincial de la provincia suroccidental de Sichuan, y a la metrópolis oriental de Shanghái, epicentro financiero de la segunda potencia económica.
Se trata de la primera visita de Van Rompuy a Chinacomo presidente del Consejo Europeo desde que el cristianodemócrata belga asumió su cargo el 1 de enero de 2010, y se produce al término de un año en el que Grecia, Irlanda y Portugal han sido objeto de planes de rescate por su crisis fiscal.
En los últimos días, portavoces del Ministerio chino de Asuntos Exteriores señalaron que esperan que la visita de Van Rompuy sirva para promover la cooperación bilateral entre ambos socios comerciales.
Por su parte, la UE confía en que China, propietaria de la mayor reserva de divisas del mundo, siga invirtiendo en deuda europea, tras su compra de bonos portugueses y griegos, con el fin de estabilizar la frágil situación financiera del grupo de los veintisiete.
De hecho, Catherine Ashton, alta representante comunitaria para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, agradeció esta semana en el marco de una reunión en Hungría con el consejero de Estado chino, Dai Bingguo, la inversión de Pekín en los bonos europeos.
La visita de Van Rompuy, el funcionario de mayor rango de la UE, servirá para aumentar la confianza del inversor chino, que pide a Bruselas más datos y garantías sobre la crisis de la zona euro tras expresar en abril su disposición para comprar más deuda de los países europeos más afectados, llamados "periféricos".
En la agenda de la visita estarán también los primeros aranceles europeos "antisubsidios" impuestos contra un producto chino, en concreto el sábado contra elpapel de estuco, por los que se esperan represalias de Pekín.
Así como del ambiente de negocios, comercio e inversión con China, después de que el intercambio bilateral entre Bruselas y Pekín creciera un 30 % en 2010 hasta 400.000 millones de euros (564.000 millones de dólares).
Según un informe reciente de la Cámara de Comercio Europea en Pekín, el ambiente de negocios es desfavorable para los negocios europeos en sectores clave como losconcursos públicos, mientras que las infracciones en derechos de propiedad intelectual, como las copias falsificadas, siguen siendo un obstáculo para las empresas extranjeras.
Pekín, por su parte, espera presionar con ciertas contrapartidas, como el levantamiento del embargo de armas europeo, impuesto tras la matanza de estudiantes pacíficos a manos del ejército chino en 1989 y todavía en vigor, y el reconocimiento de la economía de mercado por parte de Bruselas.
Sin embargo, en la reunión bilateral de Hungría quedó claro que Bruselas y Pekín mantienen posturas muy alejadas en estos aspectos, ya que la UE expresó que no puede reconocer a Pekín como economía de mercado por los obstáculos "económicos y técnicos", y no "políticos", como critica Pekín.
Van Rompuy evitará hablar de asuntos como el levantamiento del embargo de armas, ante el que la UE se encuentra dividida entre los partidarios -principales productores como el Reino Unido- y opositores, y, según un portavoz europeo, podría tratar de la actual campaña de violaciones de derechos humanos de Pekín si lo ve apropiado.
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