En fuentes del sector eléctrico se señaló que el proceso de rehabilitación de las turbinas de Guri, consta de dos etapas; la primera, que está desarrollándose desde hace algunos años, a través de la cual las diez unidades de la casa de máquinas II y cuatro de la casa de máquinas I están siendo potenciadas en sus capacidades generadoras originales; y la segunda, aun en su fase de estudio y evaluación, incluiría a 6 unidades de la casa de máquinas I. Jorge Giordani, ministro de Planificación y Finanzas, informó que la Corporación Andina de Fomento (CAF) preaprobó un crédito por 360 millones de dólares para la rehabilitación de estas unidades de la central hidroeléctrica de Guri, en el estado Bolívar, en Venezuela.
El funcionario señaló que esos recursos servirán para repotenciar seis turbinas de la citada represa. El propósito de ese proceso de rehabilitación en extender su vida útil en unos veinticinco años.
La fuente hidroeléctrica del Bajo Caroní, integrada por las presas de Guri, Macagua y Caruachi, proveen el 66% de la energía eléctrica del país.
Se conoció que ayer, en reunión del directorio de la CAF, fue reelegido su presidente ejecutivo, Enrique García y, fue sometido a la consideración de ese banco de desarrollo de América Latina, el crédito solicitado por la República Bolivariana de Venezuela, entre otros puntos.
El consorcio Eurobras, conformado por la empresa Andritz de Alemania y Bras de Brasil, tiene a su cargo el contrato para la rehabilitación de algunas de estas turbinas, que incluye el suministro, montaje, instalación, control de calidad y la puesta en servicio de los equipos.
Al parecer la segunda etapa, para la cual el Gobierno está solicitando un apalancamiento financiero de la CAF, prevé el acondicionamiento de seis unidades de la casa de máquinas I, que datan de 1968 y sus capacidades de generación son de 185 megavatios (Mw) y 225 Mw, menores a las de casa de máquina II, cuya capacidad es de 770 Mw. El objetivo de su intervención sería renovar las piezas y ampliar su potencial de producción hidroeléctrica. EJT/ML
Los constantes cortes no programados de electricidad que ocurren prácticamente a diario en el país, están generando cuantiosas pérdidas a las industrias de alimentos, especialmente a las plantas procesadoras de productos lácteos.
Fuentes de la industria informaron que en el caso de la leche de larga duración (UHT) y de los yogures las pérdidas son totales debido a que estos productos no pueden ser reprocesados. Es decir, si durante la etapa de procesamiento falla la energía y la industria no tiene planta de energía propia que mantenga el proceso, ese producto tiene que ser desechado.
Esto además trae consigo cargas adicionales para los empleados quienes deben limpiar las máquinas y arrancar los procesos nuevamente.
"Como no podemos pagar horas extras y por el contrato colectivo no pueden laborar horas extras, entonces el proceso se ralentiza y por eso también hay menos producción de leche, quesos y derivados", explicó una fuente del sector que prefirió el anonimato.
Agregó que esta situación además incide en la calidad y el tiempo de vida de los productos que son refrigerados, como quesos y derivados lácteos."El choque térmico o esa ruptura en la cadena de frío incide directamente en la calidad del producto, entonces, ese tiempo de vida útil que puede tener el producto se acorta a la mitad de lo que puede durar", explica la fuente.
Los empresarios han manifestado que anteriormente el Gobierno había dado prioridad a la industria de alimentos y los cortes afectaban en menor proporción al sector, pero actualmente la luz se va casi todos los días en el interior del país, sin previo aviso y durante varias horas.
Las trabas
Son muchos los factores que afectan la operatividad de las industrias, los conflictos sindicales son uno de ellos.
Las industrias se encuentran maniatadas ante las paralizaciones de operaciones por parte de los sindicatos, situación que incide considerablemente en la actividad, según indican fuentes del sector.
Recientemente una planta procesadora de leche pasteurizada en la región central estuvo paralizada durante 20 días por conflictos con el sindicato.
A esto se suma la inamovilidad laboral que no les permite renovar las plantillas de trabajadores, y que ha potenciado el ausentismo laboral.
Estiman que la normativa vigente en materia laboral, y el mensaje gubernamental, ha propiciado esta situación.
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