50 casos de emprendedores españoles que se van a convertir en historias de éxito en los próximos años. Con proyectos a pesar de la crisis, con modelos de negocio a largo plazo, bien financiados a corto, innovadores en el más amplio sentido de la palabra, con potencial de facturación, y con varias líneas de negocio en marcha.
Ex políticos que crían ratones; filólogas de lenguas clásicas que quieren continuar con el sueño de un familiar por recuperar una semilla perdida y se convierten en panaderas; inventores, en el sentido clásico, de pelotas de golf ecológicas y hasta de olas de mar; ingenieros de telecomunicaciones con éxito fuera de España que regresan para montar una empresa en su país; tipos con bata y corbata empeñados en que la biotecnología sea asequible para todos los bolsillos; investigadores palestino–navarros obsesionados con abaratar la tecnología...
¿y por qué estos 50?
De las 3.216.000 pymes y micropymes que hay en el mercado ahora –según datos del INE, en activo 3.216.577 empresas de menos de 20 empleados en España–, hemos seleccionado a 50 emprendedores de futuro. ¿Por qué estos y no otros?
1. Innovación. El mínimo común denominador de estas empresas es la innovación, en el sentido más amplio: no sólo de producto –generar olas en un centro comercial–, sino también de ventas –como distribuir versiones beta del producto en sectores donde no se han lanzado antes–, gestión... Y también hemos incluido alguna empresa veterana por su capacidad para reinventarse: por ejemplo, para compensar la pérdida de clientes o diversificar en nuevos mercados.
2. Solidez financiera. El máximo común denominador es su afán por no conformarse con un solo producto, ni con una única línea de ingresos. ¿Qué sentido tiene esto? Contribuye a su solidez financiera. Son, todos ellos, proyectos a largo plazo que requieren músculo financiero, y que, para conseguirlo, cuentan con varias líneas de negocio para financiarse a corto y a medio. Vamos, que no son empresas de un solo producto, sino que son conscientes de que tienen que controlar la caja. Hemos descartado muchos proyectos innovadores porque no sabían algo tan sencillo como... cómo iban a ganar dinero.
3. Proyectos a largo plazo. Y duermen el sueño de los justos emprendedores los que han reconocido que montaban la empresa para venderla y dar un pelotazo. Como verás, es una selección atípica, muy distinta de la que pueda realizar una revista económica.
4. Mercado definido. También se han quedado por el camino ideas brillantes que respondieron “no” cuando les preguntamos si tenían competencia. Todos estos emprendedores conocen su mercado –han encontrado su nicho– y saben perfectamente quién es su competencia directa e indirecta.
Bien, estos son los criterios. Pero, ¿de dónde han salido? Hemos buceado en CEEIs, portafolios de inversores de capital riesgo, viveros e incubadoras de empresas, parques tecnológicos, universidades públicas y privadas, concursos de prestigio... Y luego nos hemos dejado llevar por nuestro instinto.
Accede a la entrevista ampliada que hemos realizado a cada empresa haciendo clic en su nombre.
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