marzo 05, 2010

¿Cómo incrementar nuestro patrimonio?

Parte una

Cuando se les pregunta a los padres de familia la razón por la que trabajan y ahorran parte de su salario y se esfuerzan cada día, algunos responden… lo hago para que mi familia viva mejor. Mientras que otros, dicen, que lo hacen para dejarles un patrimonio a los hijos.

Lo cierto es que todos tenemos un patrimonio, aunque sea pequeño, y es el que nos sirve para ir alcanzando nuestras metas financieras con el transcurrir del tiempo, como cuando se vende un terreno de la familia para pagar los estudios de los hijos o se vende la primera casa de la familia para financiar la compra de un local y comenzar un negocio que habíamos estado pensando desde algún tiempo.

Cuando decidimos construir nuestro patrimonio, las metas que nos proponemos pueden ser muy variadas, por ejemplo: la autosuficiencia financiera, protegernos contra cualquier eventualidad que requiera poseer dinero, adquirir una casa, reunir un fondo suficiente para cuando dejemos de trabajar, hacer algunos viajes al exterior. En pocas palabras, el Patrimonio nos sirve para cumplir nuestras metas financieras, esas que se compran sólo con dinero.

No debemos confundirnos

Muchas personas confunden el patrimonio con los bienes. El patrimonio se calcula sumando todos nuestros bienes y restándoles todas nuestras deudas. Eso que queda, es el monto o valor de nuestro patrimonio.

Parte dos

Si Usted estimado amigo tiene conocimientos elementales de Contabilidad y, en particular, del Balance General, se habrá dado cuenta que el patrimonio equivale a lo que se conoce como capital social. Los bienes corresponden a los activos y las deudas a los pasivos. Una sorpresa desagradable podría ocurrir, por ejemplo, cuando realicemos este cálculo, pudiera suceder que nuestras deudas sean mayores a nuestros bienes. Entonces, el patrimonio resultante es negativo. Eso quiere decir que, aún vendiendo los bienes, no alcanzamos a pagar las deudas.

¿Cómo puede suceder esto?

Esto puede sucederle a quienes hayan contraído muchas deudas sin tomar en cuenta su capacidad de endeudamiento.

También puede ser el caso de una persona que acaba de egresar de la universidad, que posee muy pocos bienes y tiene deudas que contrajo para pagar sus estudios. La gravedad del caso depende de cuán importante sea la deuda con respecto a los ingresos de la persona.

En cualquier caso, a todos nos conviene incrementar nuestro patrimonio para hacerlo positivo o más grande. Lo hacemos crecer cuando ahorramos e invertimos.

Parte tres

Sí, porque el ahorro y la inversión son dos cosas distintas. Ahorrar significa dejar de gastar. Sólo el que gasta menos de lo que gana podrá aportar a su patrimonio.

La inversión consiste en transformar ese ahorro en otra cosa que hace que nuestro poder adquisitivo crezca con el tiempo. Se invierte, por ejemplo, cuando se adquiere un terreno cuyo valor va aumentando y que, esperamos, también nos incremente el poder adquisitivo.

Veámoslo con un ejemplo. Cuando compro un terreno por una cantidad de dinero equivalente y suficiente para comprar 20 neveras. Luego cuando vendo el terreno si puedo comprarme 40 o 50 de las mismas neveras, ello significa que el valor del terreno aumentó e incrementó mi poder adquisitivo. Esto parece obvio, pero la inflación nos ha jugado muchas malas pasadas a los venezolanos.

Una inversión es buena si crece por arriba de la inflación y la dejamos por un largo plazo para que prospere, y opere lo que se conoce como interés compuesto.

Es decir, cuando dejamos que los intereses de nuestras inversiones ganen, a su vez, intereses. Se dice entonces que nuestro dinero está trabajando. De hecho, sólo cuando nuestro dinero trabaja o crece sin nuestra ayuda, podremos retirarnos de nuestro trabajo o negocio algún día.



Atención
Una consideración importante es que nuestro patrimonio no está compuesto solamente de inversiones. Dentro de nuestros bienes, existen algunos que en lugar de crecer en poder adquisitivo, van reduciendo su valor, se deprecian.
Esos bienes que pierden su valor, entre otros, son los autos, los muebles, los electrodomésticos, las computadoras y sus accesorios, ropa y el equipo electrónico. La calidad del patrimonio depende de la proporción de esos bienes que se deprecian dentro del total de bienes. A mayor proporción de bienes depreciables menor será la calidad del patrimonio.



Fuente de consulta: Firma Aristimuño, Herrera y Asociados

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