junio 05, 2010

EMPRENDEDOR

El término emprendedor deriva de la voz castellana emprender, que proviene del latín in, en, y prendĕre, coger o tomar, aplicandose originalmente -tanto en España como otros países- a lo que ahora serian llamados aventureros, principalmente militares, sentido que evoluciono posteriormente a tener connotaciones comerciales. La palabra fue definida por primera vez en el Diccionario de autoridades de 1732, todavía con esas connotaciones, como: "La persona que emprende y se determina a hacer y executar con resolución y empeño, alguna operación considerable y ardua. Lat Aggressor. Intentator. Ocamp. Chron. lib. I. cap 24. Del cual asimismo dicen haber sido Señor esforzado y emprendedor de hazañas notables, como su padre."2
Ese sentido y evolución está estrechamente relacionado con el vocablo francés entrepreneur, que aparece a principios del siglo XVI. A principios del siglo XVIII los franceses extendieron el significado del término a los constructores de puentes, caminos y los arquitectos.
Así, por ejemplo, L'Encyclopédie define el termino entrepreneur como "se dice por lo general del que se encarga de una obra: se dice un emprendedor de manufacturas, un emprendedor de construcciones, por un manufacturador, un albañil contratista. Ver manufacturador, contratista."3
En la frase anterior la traducción es difícil dado que el sentido de las palabras ha cambiado. Pero se ha sugerido que el sentido de la frase francesa -a diferencia de la hispana- se relaciona con la persona que obtiene un contrato con otros y está a cargo de su ejecución, lo que en España se denominaba en aquellos tiempos "maestros de obra" -personajes tales como Carlín o Alonso Rodríguez- o un contratista en su sentido original: quienes recibían contratos reales -en el sistema de la Casa de Contratación de Indias- y, en general, quienes contrataban producir algunos bienes por encargo. El elemento de riesgo no es mayor, dado que tales personajes financiaban sus actividades sobre el hecho de la existencia de un contrato con alguna autoridad y sus ingresos estaban, en general, asegurados. 4
En en 1755 Richard Cantillon cambia definitivamente ese sentido de la palabra, transformándola a la voluntad o capacidad de enfrentar la incertidumbre. Cantillon postula que el resultado de toda actividad es incierto, implica un riesgo, y alguien tiene que asumirlo con la esperanza de recompensa en el futuro y utiliza el término “entrepreneur” para designar a ese individuo, con lo que su significado pasa a ser tomador de riesgos en lugar de ser alguien que tomaba un salario. 5
Posteriormente ese sentido de tanto la palabra “entrepreneur” como "emprendedor" se generalizó para identificar tomadores de riesgos económicos.
Un papel importante en esa generalización fue jugado por Jean-Baptiste Say, quien -en 1803- hizo explícito y coherente ese nuevo sentido. El presenta -en su “Traité d'économie politique” 6 , traducido extensivamente y de gran influencia - al “entrepreneur” (traducido al castellano como empresario 7 ) como el que “dirige una empresa, especialmente un contratista, actuando como intermediario entre el capital y el trabajo” 8 . Say nota al mismo tiempo que es raro que tales empresarios sean tan pobres que no poseen por lo menos parte del capital que emplean. Sin embargo, para Say lo importante es que “el empresario esta expuesto a todos los riesgos, pero en cambio se aprovecha de todo lo que puede serle favorable”,
Esa concepción perduro hasta comienzos del siglo XX y se puede resumir como la del propietario que maneja empresas y asume riesgo. Y -se puede alegar- aun perdura como el sentido general de la palabra en países de habla hispana .
Sin embargo esto empieza a cambiar con Joseph Schumpeter, quien sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico y quienes implementan ese cambio de manera practica son los entrepreneurs. Para Schumpeter, el centro del concepto de entrepreneur es la capacidad de transformar innovaciones desde un invento a un producto practico., lo que obviamente implica un alto riesgo económico. En las palabra de Eudald Domènech: “La innovación por la innovación no sirve para nada. Innovar es crear productos que hagan la vida más fácil.”
Así, en la concepción moderna el entrepreneur/emprendedor pasa de ser principalmente un tomador de riesgos económicos en general a un innovador 12 . Por ejemplo, se ha sugerido que Henry Ford llego a ser un entrepreneur no en 1903, cuando comenzó a producir automóviles, sino en 1908-9, cuando comienza a producir el modelo T e introduce la producción en cadena, ambas innovaciones revolucionando tanto la industria como la sociedad en Estados Unidos.
En otras palabras, se sugiere que la diferencia central entre individuos del tipo de, por ejemplo, Bill Gates o Steve Jobs y otros no es que Gates o Jobs sean los únicos dispuestos a o capaces de tomar riesgos, es que esos personajes - motivado no necesariamente en forma principal por la ganancia 13 - son capaces de introducir innovaciones que modifican profundamente alguna área económica o la sociedad entera. Posteriormente aparecerán otros que ya sea copian o adoptan esas innovaciones, esos personajes también asumen un riesgo, pero no son -en esta concepción- verdaderos entrepreneurs, sino mas bien un hombre o mujer de negocios, un comerciante o empresarios .
En las palabras de la empresa consultora "Intelectium Consulting" que identifica -entre los nueve problemas que afectan a los emprendedores españoles- la “Escasez de ideas realmente innovadoras” : ‘A los inversores no les interesan más redes sociales, buscadores de precios, o más tiendas convencionales a través de Internet, aunque haya pequeños buenos negocios detrás de ellos… les interesan proyectos altamente innovadores, fuertemente creativos, que aún no existan, que no tengan competencia ni rival en ningún país del mundo.” .
Ese es el sentido central de la concepción schumpeteriana acerca del emprendedor: los entrepreneurs son aquellos capaces de -superando resistencias- incorporar tales innovaciones a los procesos del mundo real: “la gran mayoría de los cambios en las comodidades consumidas han sido forzados por los productores sobre los consumidores, los que, mas a menudo que no, han resistido el cambio y han tenido que ser educados por las elaboradas técnicas psicológicas de la publicidad” .
Esta visión, del emprendedor como creador de cultura especialmente material o desarrollo económico , puede ser concebida como un retorno al espíritu del termino hispano temprano, cuando se aplicaba a quienes crearon los elementos físicos básicos -desde catedrales y palacios a maquinas y sistemas de organización- de la Edad Moderna. Hay quien, en ese espíritu, considera al emprendedor como un héroe cultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario