junio 04, 2010

MENSAJE DE FEDECAMARAS ZULIA AL PAIS

Con todo respeto queremos decir que: el lenguaje de  la guerra y del odio, no es el lenguaje de los empresarios ni de la población venezolana, que pide paz y que pide que sus problemas le sean resueltos.
No existe guerra económica en Venezuela ni queremos enfrentamientos, los empresarios queremos paz y bienestar para nuestro país, que se merece desarrollo, empleo productivo y respeto.
Los empresarios lejos de ser el enemigo constituimos un aliado para gobiernos regionales y el gobierno Nacional que estén comprometidos con el desarrollo.  Los verdaderos enemigos que a vencer son la inseguridad, la pobreza, el desempleo, el desabastecimiento, la inflación, la falta de viviendas, entre tantos otros. A estos graves problemas si hay que declárales la guerra, contra estos problemas si estamos dispuestos a luchar y a aportar nuestro esfuerzo.
Queremos que nos permitan ejercer nuestro rol, sin trabas, porque ya lo hemos dicho nuestro compromiso es con el país. No estamos apostando al fracaso de ningún gobierno, lo que queremos es desarrollo productivo. La empresa productiva es garante del bienestar de millones de venezolanos que tienen con nosotros, empleo decente y seguridad social,  somos los depositarios de la confianza del país.
 Los empresarios somos constructores de la Paz. Creemos firmemente que el país reclama que se deje a un lado la confrontación y que trabajemos en conjunto con cada uno de los actores sociales. Nuestro esfuerzo está centrado en lograr paz social, paz laboral,  estabilidad en el trabajo. Lo normal sería que las políticas económicas fuesen concebidas tomando en cuenta a quienes ejercemos la actividad productiva en el país. El diálogo social y la concertación son indispensables.
La inclusión verdadera es el empleo. Sólo el empleo le da dignidad a las personas. En lugar de hablar de guerra hay que hablarle al país de paz, de un Plan de Nacional de Empleos.     Desde hace 10 años, el gobierno no convoca a la Comisión Tripartita Nacional, procedimiento contemplado en Artículos 167 y 169 de la Ley Orgánica del Trabajo para discutir salarios ni temas relacionados con el empleo.    En días pasados  un estudio de Datanálisis señaló que el 88% de la población considera que la solución de los problemas de abastecimiento de algunos productos está en manos del Gobierno y de la empresa privada en forma conjunta y que se debe ampliar la producción y la oferta de alimentos. Coincidimos con los consumidores. También el estudio realizado recientemente por la consultora Keller nos demuestra que 80 % de la población no está de acuerdo con las expropiaciones. El Gobierno Nacional ha demostrado que no quiere rectificar en su visión económica, pese el llamado realizado por consumidores y empresarios. Cada confiscación que se hace es un respaldo al desabastecimiento y al desempleo, haciéndonos más y más dependientes de las importaciones.  Pretenden seguir con una política económica que nos lleva a la pobreza, a más altos índices de inflación, la escasez y a la creación de un Estado más burocrático e ineficiente, que se ha acostumbrado a irrespetar la propiedad, borrando de un plumazo este derecho y destruyendo empleos. Aquí a los empresarios se nos persigue como a vulgares delincuentes, se nos sataniza y se intenta crear la matriz de opinión de que el proceso inflacionario es producto de la especulación empresarial.     Nada más lejos de la realidad, los empresarios hacemos una labor esmerada, en condiciones muy adversas, porque reina la inseguridad jurídica y porque nos cambian las reglas de juego, diariamente, lo cual aleja la inversión tanta propia como externa.      Una vez más, hoy dejamos claro: no existe ninguna conspiración como lo han señalado voceros oficiales que han querido correr la arruga para no admitir las verdaderas causas del alto costo de la vida. Ya no pueden seguir evadiendo su responsabilidad.          Lo que conspira contra la producción, el desarrollo, el crecimiento económico, el abastecimiento, la soberanía alimentaria y la disminución de la inflación es la continúa ola de confiscaciones y la visión de la economía sin empresa privada.      Las causas de la inflación son estructurales y mientras no exista estímulo al aparato interno y una visión de la economía distinta, difícilmente dejemos de tener la inflación más alta del continente y será cuesta arriba que varíe el comportamiento que viene registrando el Producto Interno Bruto, en los últimos 4 trimestres.      Todas las economías que exhiben altos niveles de desarrollo han apostado por la empresa privada, por el derecho de propiedad y por el trabajo mancomunado entre empleados, empleadores y gobiernos.      Hemos venido exhortando a cambiar el rumbo en las políticas económicas y dejar de arremeter contra los empresarios. Pero este sigue empeñado en ver guerra donde no las hay.   Insistimos, las fórmulas gubernamentales estatistas, centralistas, excluyentes y llenas de contenido ideológico dogmático, ya se han ensayado y han fracasado en otros tiempos y en otras latitudes porque toda empresa debe generar beneficios para sus propietarios y empleados, generar beneficios para la comunidad y sus consumidores. De lo contrario, siempre exhibirá un balance negativo y dependerá de la fuerza del Estado o del Gobierno,  para reponer su capital y mantenerse operativa. Ya conocemos ejemplos de ello. Venezuela sabe que nosotros, la empresa privada, somos los verdaderos actores de la actividad económica productiva y como tales somos su mejor garantía de futuro y de bienestar. Queremos una Sociedad de Propietarios donde se promueva la prosperidad para todos, en un ambiente de justicia que, además, nos garantiza la convivencia en Libertad.   Venezuela es lo primero para nosotros. Estamos llamados a aliarnos con nuestros clientes internos: nuestros trabajadores en aras de lograr el Reencuentro para la Venezuela Productiva.  Acá tenemos nuestras empresas; nuestra mayor apuesta al éxito. Un éxito que queremos llevar a cada uno de los venezolanos, mediante la creación de nuevos empleos y la erradicación de la pobreza en el menor plazo posible.  

SOMOS EMPRESARIOS, SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN

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