Por Miguel Muñoz
! Señores del Gobierno, déjennos trabajar! Si, déjennos trabajar. Es todo lo que pedimos. No les estamos solicitando prebendas ni más paternalismo de Estado. Les pedimos que nos dejen funcionar como Empleadores, bajo un régimen de libre iniciativa y de libertades económicas. El país entero es testigo que en muchas oportunidades, ante tantas acciones inconsultas y que advertíamos eran erradas, llamamos a la concertación, al acuerdo, al diálogo. Y ustedes, señores del Gobierno, desestimaron nuestro llamado, no nos prestaron atención, no nos hicieron caso… ¿Y qué pasó? Los resultados están a la vista: en 1999 existían más de 11 mil industrias, ahora tenemos cerca de 7 mil. La inflación acumulada desde 1999 hasta hoy es de 775%. Antes, casi nos autoabastecíamos en los productos de la dieta básica, hoy, cerca del 70% aproximadamente de los alimentos que llevamos a nuestras mesas es de origen importado. En 1999 del total de divisas que entraron al país, el 65 % provenían de las exportaciones petroleras, hoy esa cifra alcanza al 93%, lo cual significa que nos hemos hecho cada vez más dependientes del petróleo… Hoy nos llaman a una confrontación. Nuevamente nos llaman a una pelea, que rechazamos, porque nosotros no queremos confrontaciones, somos pacíficos, no tenemos fusiles, cañones ni tanques. Nosotros lo que queremos y pedimos es que nos dejen trabajar… ¡Déjennos trabajar! Déjennos hacer lo que sabemos, que no es más que levantarnos desde muy temprano para acudir a nuestras empresas, y fajarnos duramente, porque somos los primeros en llegar, para iniciar la tarea diaria de organizar de la manera mas adecuada a los factores de producción, que no son otros que, tierra, capital y trabajo. Nos llaman a una confrontación y nosotros no queremos eso, no por cobardes, sino porque eso es infructuoso; nosotros creemos que en vez de hablar y hablar, en vez de estar discutiendo, lo que hay que hacer es producir mas bienes, mas servicios, porque ello sencillamente es lo que conduce al desarrollo, y es lo que la gente con sentido común desea… ¡Déjennos trabajar! Y verán como dentro de poco levantamos nuevamente la economía de nuestro país. Déjennos trabajar, y verán como dentro de poco habrá más empleos, más azúcar, más leche, más café, mas aceite, más alimentos, menos inflación, menos violencia, porque la gente al tener trabajo ocupará su mente en cuestiones positivas… ¡Déjennos trabajar! Y nosotros, a su vez los invitamos a que ustedes también se pongan a trabajar en lo que es de su competencia: educación, justicia, seguridad, carreteras, autopistas, salud, aseo urbano, electricidad, entre otros. No nos oponemos a que el Estado actúe como conductor de la política económica, creemos que en una economía “mixta” debe hacerlo, solo exigimos que lo haga con direccionalidad, con una política macroeconómica coherente e integral, lo que significa que las políticas: monetaria, comercial, fiscal y cambiaria vayan en el mismo sentido, y no como hasta ahora se han aplicado, de una manera incoherente y contradictorias con las metas hacia el desarrollo… ¡Déjennos trabajar! Y ello comienza por aceptar que acciones de controles y regulaciones de precios por debajo de los costos, persecuciones fiscales, control de cambio, amenazas, nacionalizaciones, expropiaciones, confiscaciones, apropiaciones, lo único que logran es desmotivar a la inversión privada, lo cual es sinónimo de menos producción, y de más inflación. Señores del Gobierno, les propongo un trato, pónganse a trabajar y déjennos trabajar…
! Señores del Gobierno, déjennos trabajar! Si, déjennos trabajar. Es todo lo que pedimos. No les estamos solicitando prebendas ni más paternalismo de Estado. Les pedimos que nos dejen funcionar como Empleadores, bajo un régimen de libre iniciativa y de libertades económicas. El país entero es testigo que en muchas oportunidades, ante tantas acciones inconsultas y que advertíamos eran erradas, llamamos a la concertación, al acuerdo, al diálogo. Y ustedes, señores del Gobierno, desestimaron nuestro llamado, no nos prestaron atención, no nos hicieron caso… ¿Y qué pasó? Los resultados están a la vista: en 1999 existían más de 11 mil industrias, ahora tenemos cerca de 7 mil. La inflación acumulada desde 1999 hasta hoy es de 775%. Antes, casi nos autoabastecíamos en los productos de la dieta básica, hoy, cerca del 70% aproximadamente de los alimentos que llevamos a nuestras mesas es de origen importado. En 1999 del total de divisas que entraron al país, el 65 % provenían de las exportaciones petroleras, hoy esa cifra alcanza al 93%, lo cual significa que nos hemos hecho cada vez más dependientes del petróleo… Hoy nos llaman a una confrontación. Nuevamente nos llaman a una pelea, que rechazamos, porque nosotros no queremos confrontaciones, somos pacíficos, no tenemos fusiles, cañones ni tanques. Nosotros lo que queremos y pedimos es que nos dejen trabajar… ¡Déjennos trabajar! Déjennos hacer lo que sabemos, que no es más que levantarnos desde muy temprano para acudir a nuestras empresas, y fajarnos duramente, porque somos los primeros en llegar, para iniciar la tarea diaria de organizar de la manera mas adecuada a los factores de producción, que no son otros que, tierra, capital y trabajo. Nos llaman a una confrontación y nosotros no queremos eso, no por cobardes, sino porque eso es infructuoso; nosotros creemos que en vez de hablar y hablar, en vez de estar discutiendo, lo que hay que hacer es producir mas bienes, mas servicios, porque ello sencillamente es lo que conduce al desarrollo, y es lo que la gente con sentido común desea… ¡Déjennos trabajar! Y verán como dentro de poco levantamos nuevamente la economía de nuestro país. Déjennos trabajar, y verán como dentro de poco habrá más empleos, más azúcar, más leche, más café, mas aceite, más alimentos, menos inflación, menos violencia, porque la gente al tener trabajo ocupará su mente en cuestiones positivas… ¡Déjennos trabajar! Y nosotros, a su vez los invitamos a que ustedes también se pongan a trabajar en lo que es de su competencia: educación, justicia, seguridad, carreteras, autopistas, salud, aseo urbano, electricidad, entre otros. No nos oponemos a que el Estado actúe como conductor de la política económica, creemos que en una economía “mixta” debe hacerlo, solo exigimos que lo haga con direccionalidad, con una política macroeconómica coherente e integral, lo que significa que las políticas: monetaria, comercial, fiscal y cambiaria vayan en el mismo sentido, y no como hasta ahora se han aplicado, de una manera incoherente y contradictorias con las metas hacia el desarrollo… ¡Déjennos trabajar! Y ello comienza por aceptar que acciones de controles y regulaciones de precios por debajo de los costos, persecuciones fiscales, control de cambio, amenazas, nacionalizaciones, expropiaciones, confiscaciones, apropiaciones, lo único que logran es desmotivar a la inversión privada, lo cual es sinónimo de menos producción, y de más inflación. Señores del Gobierno, les propongo un trato, pónganse a trabajar y déjennos trabajar…
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