Miguel Muñoz
Maracaibo puede ser la gran ciudad de América Latina. ¿Qué no se puede? ¡Claro, que se puede! Y el Zulia ha demostrado ser capaz de ser primero en muchas cosas. Sólo se requiere, léase bien, de una líder o de un líder con una concepción de ciudad a lo Lévi- Strauss, que la concebía como: “la cosa humana por excelencia”. Y lo podemos hacer porque tenemos el principal recurso para alcanzar el desarrollo económico, social y físico, como lo es el recurso humano. En Maracaibo tenemos, sin jactancia, una buena parte de los ciudadanos más educados del país, varias de las mejores instituciones educativas y culturales de la nación, y un sistema comunicacional moderno que nos pone en tiempo record en contacto con el resto del mundo… Una civilización es ante todo un urbanismo. De allí, que Maracaibo amerite de un plan general de desarrollo urbano, no para que quede en el papel sino para ejecutarlo, que tenga como norte: remodelar y ordenar la ciudad conservando el legado histórico; rescatar o recuperar los espacios públicos como propiedad de todos; recalificar e integrar las áreas informales; desarrollar sistemas modernos de transporte público colectivo de gran capacidad; asfaltar todas las calles, alargar la Circunvalación I hasta El Milagro y adecuarla conjuntamente con la Circunvalación II construyéndoles “segundos pisos” y terminar la Circunvalación III; dotar espacios con servicios para nuevas urbanizaciones; lograr la reapropiación del Lago de Maracaibo por sus habitantes. Todo es posible cuando se juntan querencia, inteligencia y voluntad en sus habitantes y gobernantes… Maracaibo puede cubrir los costos de su desarrollo. Y romper dependencia con el viejo esquema rentista de ciudades financiadas fundamentalmente por el Gobierno central; para ello, es necesario incorporar activamente como financistas y como protagonistas a las empresas privadas para hacer de Maracaibo una de las ciudades más atractivas en cuanto a inversiones de negocios, incubación de empresas, instituciones educativas, seguridad personal, oferta cultural y recreacional… Ocasión para un nuevo comienzo. Estamos en la víspera de la elección de una alcaldesa o de un alcalde para Maracaibo, éste podría ser el momento para elegir a una persona progresista, imaginativa y competente, para formular lo que pudiera llamarse el Proyecto Maracaibo Mía, tomando la frase del célebre poema de Udón Pérez, como iniciativa para el abordaje planificado y coordinado de la integración de Maracaibo, teniendo presente que debe contemplar, fundamentalmente, obras de largo aliento, que aunque no produzcan aplausos ni votos fáciles, si producirán cambios estructurales en la ciudad. Si con nuestro Gobernador y la nueva alcaldesa o alcalde nos planteamos como objetivo clarísimo convertir a Maracaibo en la gran ciudad de América Latina, sin lugar a duda, lo podemos lograr... Inspirarse en lo existente y apoyarse en asesores. Hoy cuando podemos tener información, ya, de lo que necesitemos, seguramente serviría de gran inspiración a la nueva alcaldesa o alcalde de Maracaibo conocer las experiencias de Curitiba, Bogotá, Barcelona, Santiago de Chile. También convendría contar con la asesoría de especialistas como Marco Negrón, Luís Zambrano Sequín, Jesús Garrillo, Gustavo Lepage, ¿y por qué no?, de hombres como Jaime Lerner, Antana Mokus y Ruddy Giuliani, entre otros, para que nos den luz sobre como replantear a Maracaibo y terminar de construirla como una verdadera ciudad de ciudadanos. ¿Se puede o no se puede?...
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