Este martes 7 de diciembre, los rojos parlamentarios se preparan para alzar la mano y aprobar el paquete de leyes de corte colectivista, que levantará aún más el denso muro que cercará el sistema económico y de libertades individuales del venezolano.
El paquete de leyes contiene cinco instrumentos que le arrancarán el exiguo poder que les queda a las regiones y a la propia Asamblea Nacional. Éstas son: la de Comunas; la de Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal; la de Participación y Poder Popular, la de Contraloría Social y la de Planificación Pública.
El paquete puede dividirse en dos partes: Una con las tres primeras leyes que están dirigidas a definir, organizar y normar ese llamado "Poder Popular". Y otra, con las dos últimas que insertan a ese "Poder Popular" en las instancias de decisión del Estado o del Gobierno.
Con este quinteto legal comunal, el Ejecutivo Central podrá traspasar tanto los recursos del Presupuesto Nacional como la mayoría de competencias de las instancias de los gobiernos regionales a las comunas u organizaciones del "Poder Popular".
Una de las trampas comunistas y dictatoriales que se arma con estas leyes, es que el mentado "Poder Popular" siempre tendrá como cabeza a un ministerio encargado de tutelarlo en el más mínimo detalle y darle "legalidad" al reparto de los recursos o a la selección de sus autoridades. Y, como ya es harto conocido, en tiempos de revolución chavista, detrás de todo ministerio y ente del Estado, está inexorablemente al mando el Comandante en Jefe Hugo Chávez.
En resumen, todo el paquete de leyes va dirigido a los mismos objetivos: 1) Anular las instancias de decisión o administración de recursos que significan las regiones. 2) Restarle poder a todas las instancias o instituciones públicas que no domine el Ejecutivo para acomodarlas y supeditarlas en el organigrama del Poder Central. 3) Asegurar la intervención del "Poder Popular" en la esfera privada o del poder público regional.
Cabe un punto de reflexión: El país está sumergido quizá en el más extenso estado de emergencia que se recuerde en los últimos 100 años, a pesar de que los gobiernos regionales y municipales han dado respuestas coherentes y eficaces a la emergencia de cada una de sus localidades, al margen de la ineficiencia e improvisación del Gobierno Central. ¿Cómo sería el caos y la anarquía si el mando de las regiones estuviera atomizado en comunas y ciudades comunales bajo el mando de un Ejecutivo que ha demostrado no tener planes de contingencia para los tiempos de crisis?
El paquete de leyes contiene cinco instrumentos que le arrancarán el exiguo poder que les queda a las regiones y a la propia Asamblea Nacional. Éstas son: la de Comunas; la de Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal; la de Participación y Poder Popular, la de Contraloría Social y la de Planificación Pública.
El paquete puede dividirse en dos partes: Una con las tres primeras leyes que están dirigidas a definir, organizar y normar ese llamado "Poder Popular". Y otra, con las dos últimas que insertan a ese "Poder Popular" en las instancias de decisión del Estado o del Gobierno.
Con este quinteto legal comunal, el Ejecutivo Central podrá traspasar tanto los recursos del Presupuesto Nacional como la mayoría de competencias de las instancias de los gobiernos regionales a las comunas u organizaciones del "Poder Popular".
Una de las trampas comunistas y dictatoriales que se arma con estas leyes, es que el mentado "Poder Popular" siempre tendrá como cabeza a un ministerio encargado de tutelarlo en el más mínimo detalle y darle "legalidad" al reparto de los recursos o a la selección de sus autoridades. Y, como ya es harto conocido, en tiempos de revolución chavista, detrás de todo ministerio y ente del Estado, está inexorablemente al mando el Comandante en Jefe Hugo Chávez.
En resumen, todo el paquete de leyes va dirigido a los mismos objetivos: 1) Anular las instancias de decisión o administración de recursos que significan las regiones. 2) Restarle poder a todas las instancias o instituciones públicas que no domine el Ejecutivo para acomodarlas y supeditarlas en el organigrama del Poder Central. 3) Asegurar la intervención del "Poder Popular" en la esfera privada o del poder público regional.
Cabe un punto de reflexión: El país está sumergido quizá en el más extenso estado de emergencia que se recuerde en los últimos 100 años, a pesar de que los gobiernos regionales y municipales han dado respuestas coherentes y eficaces a la emergencia de cada una de sus localidades, al margen de la ineficiencia e improvisación del Gobierno Central. ¿Cómo sería el caos y la anarquía si el mando de las regiones estuviera atomizado en comunas y ciudades comunales bajo el mando de un Ejecutivo que ha demostrado no tener planes de contingencia para los tiempos de crisis?
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