diciembre 08, 2010

Con lluvia e inundaciones avanza el Estado comunal

Este martes 7 de diciembre, los rojos parlamentarios se preparan para alzar la mano y aprobar el paquete de leyes de corte colectivista, que levantará aún más el denso muro que cercará el sistema económico y de libertades individuales del venezolano.
El paquete de leyes contiene cinco instrumentos que le arrancarán el exiguo poder que les queda a las regiones y a la propia Asamblea Nacional. Éstas son: la de Comunas; la de Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal; la de Participación y Poder Popular, la de Contraloría Social y la de Planificación Pública.
El paquete puede dividirse en dos partes: Una con las tres primeras leyes que están dirigidas a definir, organizar y normar ese llamado "Poder Popular". Y otra, con las dos últimas que insertan a ese "Poder Popular" en las instancias de decisión del Estado o del Gobierno.
Con este quinteto legal comunal, el Ejecutivo Central podrá traspasar tanto los recursos del Presupuesto Nacional como la mayoría de competencias de las instancias de los gobiernos regionales a las comunas u organizaciones del "Poder Popular".
Una de las trampas comunistas y dictatoriales que se arma con estas leyes, es que el mentado "Poder Popular" siempre tendrá como cabeza a un ministerio encargado de tutelarlo en el más mínimo detalle y darle "legalidad" al reparto de los recursos o a la selección de sus autoridades. Y, como ya es harto conocido, en tiempos de revolución chavista, detrás de todo ministerio y ente del Estado, está inexorablemente al mando el Comandante en Jefe Hugo Chávez.
En resumen, todo el paquete de leyes va dirigido a los mismos objetivos: 1) Anular las instancias de decisión o administración de recursos que significan las regiones. 2) Restarle poder a todas las instancias o instituciones públicas que no domine el Ejecutivo para acomodarlas y supeditarlas en el organigrama del Poder Central. 3) Asegurar la intervención del "Poder Popular" en la esfera privada o del poder público regional.
Cabe un punto de reflexión: El país está sumergido quizá en el más extenso estado de emergencia que se recuerde en los últimos 100 años, a pesar de que los gobiernos regionales y municipales han dado respuestas coherentes y eficaces a la emergencia de cada una de sus localidades, al margen de la ineficiencia e improvisación del Gobierno Central. ¿Cómo sería el caos y la anarquía si el mando de las regiones estuviera atomizado en comunas y ciudades comunales bajo el mando de un Ejecutivo que ha demostrado no tener planes de contingencia para los tiempos de crisis?

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