Si bien para muchos las redes sociales pueden llegar a ser un servicio moderno con escasa trayectoria en la web, debido a que la mayor explosión por el furor de las mismas surgió en los últimos años logrando una verdadera masificación en su uso, lo cierto es que su origen se remonta a más de una década.
Después de todos estos años, las redes de interacción social se han convertido en uno de los elementos de Internet más difundidos, ya que como hemos mencionado en otro artículo perteneciente a este apartado, ofrecen a sus usuarios un lugar común para desarrollar comunicaciones constantes.
Esto es posible gracias a que los usuarios no sólo pueden utilizar el servicio a través de su computadora personal, sino que además en los últimos tiempos se puede participar en este tipo de comunidades a través de una gran variedad de dispositivos móviles, tales como teléfonos celulares o computadoras portátiles, algo que está marcando la nueva tendencia en comunicación.
Pero en realidad, cuándo nació la primera red social?
Se estima que el origen de las redes interactivas se remontan al año 1995. Tengamos en cuenta que fue en esa época cuando Internet había logrado convertirse en una herramienta prácticamente masificada.
Randy Conrads fue el verdadero pionero del servicio, mediante la creación del sitio web que llevaba por nombre "Classmates", y el cual consistía en una red social que brindaba la posibilidad de que las personas de todo el mundo pudieran recuperar o continuar manteniendo contacto con sus antiguos amigos, ya sea compañeros de colegio, de la universidad, de distintos ámbitos laborales y demás, en medio de un mundo totalmente globalizado.
Obviamente, esto fue posible gracias a la llegada de la denominada Web 2.0, que en definitiva se trata de un sistema que posee una clara orientación social.
Con el correr de los años, este tipo de servicio se convirtió en uno de los negocios más rentables de Internet, por lo que en la primera parte de la década del 2000 comenzaron a aparecer una gran variedad de sitios web dedicados a brindar la posibilidad de una comunicación dentro de lo que se llamó las redes sociales, que en aquella época eran conocidas como Círculos de Amigos.
Con la incorporación de este nuevo concepto fue posible definir en un marco real las distintas relaciones que se establecían entre los diferentes participantes que consumían los servicios de las comunidades virtuales.
La mayor explosión de las redes sociales no tardó en llegar, ya que en el año 2003 vieron la luz algunos de los sitios más populares que lograron hacer crecer exponencialmente el uso del servicio, comunidades tales como MySpace, Friendster, Tribe y Xing, entre otras.
Fueron precisamente estos sitios los pioneros en lograr que las redes de interacción o círculos de amigos comenzaran a socializarse, con lo que captaron la atención de miles de millones de usuarios de todo el planeta.
Para conocer más información al respecto de la evolución de las redes sociales, te invitamos a leer el artículo titulado "Redes sociales: Seis grados de separación".
orge Enrique Mújica, L.C.
El pasado mes de diciembre de 2009, la revista TIMEcolocaba en su selección de las mejores 50 webs de ese año a sitios como el de Twitter, Skype, YouTube, Google,Amazon, Wikipedia, Facebook, Delicious o Flickr. No era la primera vez que portales y plataformas de red social como Facebook, YouTube o Twitter llegaban a un listado de este tipo.
Ya en junio de 2009, la misma revista TIME dedicó su portada a Twitter[1] y precedentemente revistas comoExpansión, Newsweek, Wired, The Economist, e incluso La Civiltá Cattolica, dieron sus portadas o dedicaron amplios espacios a esas u otras famosas redes sociales.
Un artículo publicado por Phred Dvorak en The Wall Street Journal[2] ponía de manifiesto la aceptación generalizada de un estilo de vida digital: ni siquiera los que no tienen casa están dispuestos a renunciar a un perfil enFacebook. De hecho, en Estados Unidos millones de indigentes cuentan con lugares gratuitos donde pueden revisar sus perfiles en redes sociales, el correo electrónico y participar en foros.
Es un hecho: las redes sociales han irrumpido en la vida de millones de personas sin importar su edad, sexo, condición social, religión o preferencia política. La realidad de su existencia invita a recordar su breve pero ya incidente historia, así como a valorar y conocer las oportunidades que ofrecen, sin perder de vista los retos éticos y morales que presentan.
I. HISTORIA
El origen de las redes sociales se enmarca en esa historia más amplia de Internet.
La así llamada Guerra Fría, entre el bloque comunista liderado por la Unión Soviética y el bloque capitalista con Estados Unidos a la cabeza, supuso una carrera ascendente en orden a demostrar la superioridad tecnológica y militar de uno de los dos países. En 1957 la Unión Soviética lanzó con éxito el primer satélite artificial, el Sputnik, colocándose en aparente ventaja frente al adversario.
Como respuesta, el entonces presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, ordenó la creación del ARPA (Advanced Research Projects Agency). Se trataba de un proyecto que desarrollaría la creación de una red de comunicación entre ordenadores. La particularidad de la iniciativa radicaba en la descentralización del sistema, pues estaba compuesto por varios ordenadores distantes geográficamente el uno del otro. Esta característica le confería el carácter de “indestructible” pues todos tenían el mismo nivel de importancia: podía llegar a faltar uno sin que quedara impedida la mutua comunicación entre los restantes. Para 1973 se establecieron conexiones entre ordenadores de Estados Unidos, Gran Bretaña y Noruega.
El paso al sector civil sucedió en 1983 cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos separó el ámbito civil del militar de su red de ordenadores. En 1989[3] un científico británico del Laboratorio Europeo de Física de Partículas, Tim Berners-Lee, inventó la world wide web (www: la red que engloba al mundo) combinando el hipertexto y el protocolo de comunicaciones de Internet. Este importante acontecimiento propició un método eficaz y ágil al momento de intercambiar datos entre científicos.
Tras visitar el Laboratorio Europeo de Física de Partículas y entrevistarse con Berners-Lee, el 12 de diciembre de 1991, Paul Kunz, un físico de la universidad de Stanford, en California, creó el primer sitio web de la historia. El contenido era muy sobrio: apenas tres líneas de texto, un enlace a un correo electrónico y otro a una base de datos científica. Pero Kunz fue más allá al desarrollar un esbozo de navegador y ponerlo al alcance de los que tenían acceso a la red, de modo que otros investigadores pudieran seguir desarrollándolo[4].
Desde 1983 las primeras en beneficiarse de la red de comunicación entre ordenadores fueron las universidades. Para 1995, año en que la difusión de Internet comenzó a mundializarse gracias, en buena medida, a su potencial económico, a la agilidad y bajo costo de la transmisión de informaciones y comunicación humana, grandes cadenas comerciales, de prensa o de servicios; organizaciones religiosas y filantrópicas; sociedades científicas, humanitarias, e incluso personas individuales, migraron a este gran vehículo de comunicación, para darse a conocer[5].
Los orígenes históricos de las redes sociales se remontan a 1994-1995 cuando algunos sitios de Internet fueron añadiendo, con las capacidades técnicas de entonces y en ámbitos más bien restringidos, la oportunidad de agregar comentarios en foros, mensajería instantánea y, eventualmente, listas de amigos[6].
En 1997, SixDegrees.com fue la primera red social[7]. Permitía no sólo crear perfiles sino también listas de amigos y, al año siguiente, también navegar por las listas de los amigos.
De 1997 a 2001, la evolución tecnológica facilitó nuevas herramientas que permitieron que webscomo la del LiveJournal o la sueca LunaStorm estuviesen a la vanguardia e hiciesen sentir involucrados a sus usuarios. El batacazo final lo dio Ryze.com cuando en 2001 impulsó las redes empresariales en Internet. Un año más tarde nacía Friendster, un portal para concertar citas on line que gozó de un éxito que también fue su ruina (las dificultades técnicas no pudieron hacer frente a la alta demanda de servicios).
Aprovechando la agonía de Friendster, Tom Anderson echó a andar en 2003 un proyecto al que apenas si se le dio cobertura en sus inicios. Lo tituló MySpace. Meses más tarde, en 2004, Mark Zuckerber lanzaría el proyecto Facebook.
El fenómeno Facebook dio pie al desarrollo, consolidación, masificación y proliferación de numerosas redes sociales en los meses y años subsiguientes[8]: Orkut se convirtió en la primera en Brasil y en un proyecto exitoso en la India; Mixi se expandió por todo Japón;LunaStorm consolidó su primacía en Escandinavia; Holanda abrazó Hyves y Gronó se hizo con Polonia; Hi5 conoció el éxito en Latinoamérica y algunos países europeos; Bebo amplió su poder en Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia; QQ se masificó en China y, más recientemente,Tuenti conquistó España[9]. Actualmente, casi todas las operadoras de telefonía móvil permiten conectarse a redes sociales, por no hablar de los últimos modelos de cámaras digitales de imágenes y video, de los registradores digitales de sonido, etc.
Todo este breve repaso histórico por los momentos y nombres que han hecho evolucionar la técnica que facilitó el rápido desarrollo de las redes sociales, y de Internet en general, da pie a una consideración más de fondo: la necesidad a la que han respondido estas plataformas.
La popularidad de las redes sociales “responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras […] Es un anhelo de comunicación y amistad que tiene su raíz en nuestra propia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones tecnológicas[10]”. En este sentido, el deseo de contactar y el instinto de comunicación son, en definitiva, modernas manifestaciones de esa tendencia intrínseca de todos los seres humanos a ir más allá de sí mismos.
En este contexto, las redes sociales serían, por así decir, los cauces dispuestos por el avance informático-tecnológico al servicio de la intercomunicación humana. Pero, concretamente, ¿cómo se llegó al éxito de estos catalizadores de relaciones?
A.1 El éxito de las redes sociales: la web 2.0
Hasta hace poco tiempo, Internet estaba relacionado con la consulta de portales para obtener información. Pero ahora es distinto: internet ya no es sólo un “lugar” de consulta, un conglomerado de sitios que subsisten como islas en medio de un gran océano; ahora los portales están correlacionados en red: las islas se han ido convirtiendo en continentes que han desplegado “puentes” a otros continentes. Blogs, sistema wiki, podcast, sitios de simulación y otros programas de interacción son los cauces concretos de este proceso de evolución, formas de presencia que permiten la participación y difusión de contenidos textuales, de imágenes y videos producidos por los usuarios.
La transformación de los portales de consulta a website que permiten la aportación es lo que ha tenido a llamarse web 2.0.
El término web 2.0[11] fue acuñado en 2004 para subrayar la diferencia técnica respecto a la así llamada web 2.1 que predominó antes[12].
¿Cuál es la diferencia? “El cambio en las herramientas de programación y las tecnologías utilizadas, incluyendo, por supuesto, el ancho de banda y por tanto la velocidad en el tráfico, y la mejora de los equipos informáticos […] Antes, el internauta era un mero receptor de contenidos, ahora es un usuario que interactúa[13]”. El éxito de las redes sociales, en definitiva, radica en que la publicación supone la colaboración.
Ciertamente, el cambio de fondo no radica en el nivel tecnológico cuanto en su uso: las redes sociales han venido a concentrar las herramientas que antes estaban dispersas: desde el correo electrónico, pasando por los blogs, las webs de consulta, el chat, los mensajes SMS, hasta la oportunidad de compartir videos e imágenes fácilmente.
A.2 Características generales
Una red social es un portal de Internet que permite a los individuos construir un perfil público o semipúblico dentro de los límites de la plataforma que ofrece el servicio[14]; “Está constituida por un grupo de personas ligadas, en general, por intereses comunes, abierta a compartir pensamientos, pero también pedazos de la propia vida: desde enlaces a sitios que consideran interesantes hasta las fotografías o los propios videos personales […] Los social network están compuestos por personas comunes, no por técnicos o expertos, que distribuyen contenidos relacionados a sus propios intereses o a la propia existencia[15]”.
Actualmente hay una gran diversidad[16] de redes sociales con características propias según las diferentes posibilidades tecnológicas e intereses de los usuarios[17]. En esencia, implican un perfil más o menos visible[18] donde se ofrece la identidad de la persona (con una o varias fotografías), normalmente en base a un cuestionario previo de la misma plataforma que ofrece el servicio. No es sólo texto el que se puede “cargar[19]”. Las fotografías, noticias, archivos de música y videos personales forman parte estructural de las también llamadas social network.
A.3 YouTube, Facebook, SecondLife y Twitter: historia y particularidades de cuatro éxitos de redes sociales
Han sido 4 los hitos de mayor éxito en la era de las redes sociales:
A.3.1 YouTube
El uso de videos (videosharing) ocupa un lugar preponderante en el éxito de las social network y YouTube[20] es la insignia, si bien no es la única red de videos[21].
Tres antiguos empleados de PayPal, Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim, fundaron YouTube.com en febrero de 2005. Apenas dos meses después fue cargado el primer video (Me at the zoo). El crecimiento desproporcionado en el alto número de visitantes hizo que Google Inc pusiera su mirada sobre el nuevo proyecto. En octubre de 2006, YouTube.com pasaba a las manos de Google por la cantidad de 1650 millones de dólares. Ese mismo año, la revista TIME reconocía al portal de videosharing como el invento del año
Un año más tarde, en junio de 2007, YouTube tradujo su interfaz a varios idiomas, entre los que se encontraba el español.
El portal de YouTube clasifica los videos de acuerdo a categorías como comedia, noticias, documentales, ficción, deportes, entretenimiento, música, entre otros. Una vez registrado como usuario, es posible cargar en YouTube los videos personales que se considera interesantes: desde material de baja calidad técnica hasta los elaborados por profesionales, incluso crear canales personalizados para agrupar videos, compartirlos, votarlos y valorarlos. Tristemente, algunos han aprovechado todo esto para subir videos sobre peleas, chismes sobre personas, racismo e incluso erotismo. Ciertamente el portal prohíbe todos estos contenidos e incluso brinda la posibilidad de denunciar aquellos que violan las condiciones de uso.
No son sólo los individuos los que utilizan este gran vehículo de comunicación audiovisual. A sabiendas del potencial publicitario de YouTube, grandes cadenas multimedia han migrado contenidos (a partir de canales corporativos[22]) y otras instituciones como partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, empresas, negocios, etc., también lo han hecho. Clips[23]de programas, películas y videos musicales están al alcance de quien los busca[24].
Ciertamente la relación de YouTube no ha sido cordial con todos. El tema de los derechos de autor ha supuesto un obstáculo en las relaciones con empresas como Warner Music o Viacom(casa de MTV, Nickelodeon, Nick y Noggin). Y es que este portal permite no sólo ver sino también descargar los contenidos, incluso insertarlos en páginas personales, websites y blogs.
A.3.2 Facebook
Es la red social más grande, con más de 300 millones de usuarios[25] y disponible en más de 20 idiomas. En 2007 la conocida revista Newsweek le dedicó la portada y en 2008Facebook lanzó versiones en francés, alemán y español. Medidores de portales como Alexa.com le dan el puesto número 5 de las páginas más visitas a nivel mundial[26]. Todo un fenómeno social.
¿Cómo nació? En 2004, un estudiante de psicología de la universidad de Harvard, Mark Zuckerber, lanzó un proyecto para poner en línea los registros de los inscritos en la universidad, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Christ Hughes[27], Dustin Moskovitz y Eduardo Saverin. Era el germen de Facebook. Zuckerber contaba apenas 24 años,
Facebook comenzó como un apoyo académico para grupos universitarios sólo en la universidad de Harvard. En un inicio fue necesario contar con un correo electrónico del dominio “harvard.edu”. Cuando se amplió a otras instituciones universitarias –cuatro meses después de su nacimiento– los dominios de correo debían estar registrados en la base de Facebook. Eso le dio un cariz de reserva que, a la vez, era fuente de confianza. A partir de 2005 se amplió a escuelas de nivel medio superior, profesionales y, más recientemente, desde septiembre de 2006, a todo aquel que haya cumplido 18 años o que tenga 13 pero declare estar inscrito en una escuela superior.
Inscribirse en Facebook es sencillo: basta una dirección de correo electrónico como requisito y la elección de una clave. El nombre de la red, en español “libro de rostros”, es significativo. ¿Por qué? Porque no es un lugar para el anonimato sino para presentarse como uno es[28]. ¿Con qué finalidad? La de recuperar viejas amistades que el tiempo o la distancia impedían, o también para hacer nuevos conocidos. Aceptar un nuevo “amigo” en Facebook implica compartir lo que uno tiene en el propio perfil y así posibilitar un conocimiento recíproco.
El perfil, con aplicaciones personalizadas según el gusto de cada usuario, posee como características generales: 1) una fotografía (elemento clave dado que es la “tarjeta de presentación”), 2) una “pizarra” con la información de la persona (estado civil, estudios, actividad profesional, etc.) que son como la “tarjeta de presentación oficial” de cara al mundo; 3) un “status” (o wall) desde el que es posible informar qué se está haciendo[29] en cada momento (lo que además activa la conversación).
Facebook no se reduce a eso. Con las diferentes aplicaciones (más de 50.000 y siguen en crecimiento) es posible señalar qué libros se están leyendo[30], hacer pública una causa para defender o invitar a los propios amigos a adherirse a manifestaciones en lugares físicos; lo mismo se puede crear un grupo de admiradores para personajes famosos que grupos de interés sobre los temas más variados. Uno de los recursos, quizá de los más “revolucionarios”, ha sido la de convocatorias para eventos presenciales que, en buena medida, está sustituyendo el uso del teléfono y, cada vez más, también del correo electrónico. Todo lo anterior además de compartir imágenes, videos y textos.
Con Facebook se entra en la vida de otras personas pero también los otros entran dentro de la nuestra.
A.3.3 Second Life
Sin duda conocemos los videojuegos. Suponen ponerse delante de una pantalla de computadora, de televisión o de un dispositivo electrónico portátil. En ellos se reproduce simbólicamente un ambiente (una cancha de fútbol, una pista de carreras, una nave espacial…) y escenas de juego con niveles graduales a superar. Al dirigir una palanca o presionar botones, los personajes se mueven y cumplen la acciones en orden a alcanzar un fin.
Antonio Spadaro explica mejor qué es Second Life: “Ahora nuestro lector imagine tener delante una simulación como la descrita hasta este momento, pero que no prevea un fin u objetivo preciso y que, entonces, no tenga motivo para finalizar con un vencedor o un perdedor o con un premio a recibir. Imagine la posibilidad de construir otro yo que se mueva sobre una pantalla de computadora conectada a Internet, según sus intenciones, dentro de un contexto que aparece similar al de la vida de todos los días. Imagine poder construir la propia representación virtual, es decir, la propia imagen, el propio yo virtual (avatar) así como se desee. Imagine que también puedes elegir la edad, la identidad sexual y las características del propio cuerpo, también la ropa y los objetos de uso como, por ejemplo, el automóvil. Piensa vivir en un mundo hecho de ciudad, islas y cuadras donde es posible encontrarse con tantas otras partes de un mundo que, hasta este momento, cuenta con ocho millones de “residentes” los cuales habitan en un territorio de 260 kilómetros cuadrados [virtuales, ndt]. En particular, figúrese un territorio dividido en regiones interconectas, de las cuales el 70% es tierra firme y el 30% está compuesto por islas.
»Imagine además que vuela, viaja o que es velozmente “teletransportado” de una parte a otra de este “mundo” y que visita islas perdidas o ciudades […] Imagine poder enviar a los amigossnapshot, es decir, postales digitales, de los lugares en los que se ha estado y compartirlas en línea. Imagine nuestro lector que puede construir, alquilar o comprar una casa, adquirir terrenos, o salir para hacer las compras. Imagine que cualquiera pueda construir, ojalá que con buen gusto o al menos con arte, objetos virtuales y venderlos en monedas virtuales, que sin embargo tienen un precio correspondiente en dólares estadounidenses. Imagine poder seguir conferencias, conciertos o muestras. Imagine poder comunicarse con las otras personas interactuando a través de mensajes de texto en tiempo real, haciendo vivir experiencias de relación al propio otro yo, es decir al avatar. Imagine, obviamente, no ser reconocible, porque ningún residente puede llegar a la identidad “real”, es decir a la “primera vida” del avatar con el cual se relaciona, a menos que él decida revelarla, obviamente[31]”.
SecondLife fue fundado en 2003 por Linden Lab, una empresa localizada en San Francisco California. Con una población de más de 3 millones de habitantes (más los visitantes habituales que acrecientan el número hasta más de ocho millones), se trata de un Massive Multiplayer On Line Role-Playing Game (Mmorpg), un juego desarrollado simultáneamente por muchas personas a través de Internet pero no a la manera del videojuego común pues, en este caso, estamos ante una verdadera y propia “forma de vida”, “una vida digital en la cual los mismos “residentes” contribuyen a crear el mundo que tienen delante de ellos”[32].
Second Life asume en un solo portal muchos recursos hasta hace poco dispersos en Internet y es esta su novedad y éxito al presente. A partir del creciente desarrollo de Internet, televisión, música, prensa y otros, habían estado migrando a este moderno vehículo de comunicación, pero conservando la “individualidad” bien diferenciada de los servicios propios que prestaban. ConSecond Life, la diversidad queda integrada en la particularidad de un solo web site que tiene mucho de atractivo, original y especial[33].
A.3.4 Twitter
“A mediados de junio (de 2009, ndr), Jessica Gottlieb publicó en Los Ángeles, desde su I-Phone, un tweet explicando que el avión de Virgin donde estaban sus hijos tenía una hora de retraso para el despegue y probablemente no saliera en 90 minutos. En unos minutos muchos de sus 10,000 seguidores replicaron su mensaje. La aerolínea la contactó para explicarle el problema y que sus hijos estaban bien[34]”. ¿Qué usó Jessica Gottlieb? Twitter[35].
En marzo de 2006, Evan Williams[36], Biz Stone y Jack Dorsey lanzaron Twitter, una forma de socialización, a través de una sociedad fundada por ellos mismos: The Obvious Coporation.Twitter es un neologismo del verbo inglés tweet, que significa piar. De ahí también la imagen del pajarillo azul que es el símbolo de la empresa.
La dinámica de Twitter es simple: hay receptores y emisores. Los segundos pueden enviar mensajes no superiores a 140 caracteres (tweet) a quienes han elegido seguirlos. Los primeros (followers), reciben esos mensajes, si bien también pueden convertirse en emisores. En esta sencilla metodología consiste Twitter[37].
Su éxito estriba en lo multifacético y polivalente que resulta: bien podría compararse con unSMS (si bien Twitter es masivo, por Internet, y además no cuesta. Incluso se han elaborado aplicaciones para que funcione en I-Phone y BlackBerry[38]. De hecho, la idea de los 140 caracteres responde, en buena medida, a que la mayoría de los dispositivo de telefonía celular consienten ese número de letras, unas 20 palabras), con un blog (aunque ciertamente de contenido reducido pero a través del cual se crear, integrar e intercambiar información e ideas) o, por mejor decir, un microblogging; con un motor de búsqueda (existe Twitter Search, un motor que posibilita búsquedas actualizadas en tiempo real, sobre todos los tweets que se elaboran en el mundo. Este factor ha sido decisivo en el crecimiento de Twitter) o con elMessenger.
La base o punto de partida de esta plataforma[39] de redes sociales es una pregunta: “¿Qué estás haciendo?”. Sería pobre reducir Twitter a una herramienta para perder banalmente el tiempo con nimiedades como las de aquellos que informan inclusive cuándo se dirigen al baño o están en él. Las empresas ven en Twitter una fuente de ingresos. Y ahí está el caso deDell[40], quien reportó ganancias de 3 millones de dólares gracias a su perfil en Twitter, donde cuenta con más de un millón de seguidores que quieren conocer ofertas y descuentos en tiempo real. O ahí está también el aumento de visitantes a la prensa digital gracias aTwitter[41]. De hecho, los mensajes intercambiados a través de Twitter permiten que las empresas conozcan mejor los hábitos de los consumidores. “La potencialidad de Twitter para sustituir en mucho aspectos a un buscador como Google ya parece probada. Porque si hay que hacer una investigación, pongamos por caso, sobre Cervantes, quizá encontremos más preciso, autorizado y fiable realizar una consulta a través de Twitter y atender a las recomendaciones de los amigos, en vez de recurrir a los primeros resultados arrojados por Google[42]”.
Pero no es todo: un usuario de Twitter se puede sumar a un grupo con intereses comunes[43]para mantenerse al día sobre su sector de interés. Según Assante[44], si comparamos el crecimiento de Facebook y Twitter, el primero habría crecido casi un 700% mientras que el segundo lo habría hecho en un 3.700%[45]. Nielsen dice que de 2008 a 2009 Twittercreció en un 2.000%. A juzgar por el nivel de usuarios, Twitter no es precisamente un portal donde abunden los adolescentes: la media de edad es de entre 25 y 50 años y la mayoría son profesionales.
¿Y la diferencia con Facebook? En Facebook se precisa la relación recíproca; en Twitter la comunicación no implica reciprocidad porque no hay un diálogo sostenido, al menos mayoritariamente[46]. Cualquiera se puede sumar como follewers (seguidor) sin que esto conlleve que el emisor entablará relaciones con quien le sigue. Además, no precisa tener una cuenta de correo electrónico. De hecho sería una concepción errónea pensar que se pueden establecer relaciones personales con una herramienta pensada para informar qué se está haciendo. Otro grave error sería pensar que Twitter dará profundidad o permitirá ser una plataforma para intimar en amistad.
Quizá Antonio Spadaro sea uno de los especialistas que haya atinado a una correcta definición de Twitter: “Una reciente definición del fenómeno Twitter es esa del everywhere messaging, que hace referencia a la habilidad de enviar mensajes siempre y donde quiera: comunicando de modo sincrónico, en tiempo real, compartiendo eventos y noticias[47]”.
II. Oportunidades
En el mensaje para la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Benedicto XVI ponderó positivamente “el potencial de las nuevas tecnologías, cuando se usan para favorecer la solidaridad y la comprensión”.
A. Positivas
Está claro que las redes sociales brindan oportunidades para hacer el bien. De hecho, el mismo Papa delineó algunos beneficios positivos en el mencionado mensaje, a saber: facilitan la comunicación y la comprensión entre las personas, permiten encontrar nuevas amistades, crear comunidades y redes; buscar información y noticias; las familias pueden estar en contacto con mayor facilidad, los investigadores y estudiantes tienen un mejor acceso a las fuentes del conocimiento, se favorece el aprendizaje y se contribuye al desarrollo social.
Detengamos en algunos puntos característicos, más o menos generales, en que podemos sintetizar esos y otros beneficios:
A.1 Intercomunicación ágil y eficaz… y además gratuita
Poder estar comunicado, y además de un modo inmediato, efectivo y gratuito, no es sólo un valor añadido sino el sello de garantía definitivo para un éxito que de hecho estamos comprobando.
A.2 Mayor difusión de ideas y debate
Ahora los ciudadanos tienen a su alcance la oportunidad de asumir una participación activa generando contenidos e ideas y no sólo recibiéndolas; ahora el ciudadano puede entrar en un fructífero debate para enriquecer y dejarse enriquecer, para expresar discrepancias y para sumarse a iniciativas.
A.3 “Amistad”
Benedicto XVI decía en el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2009 que “el concepto de amistad ha tenido un nuevo auge en el vocabulario de las redes sociales digitales que han surgido en los últimos años”.
Esta realidad significa prolongar el encuentro de amistad real, poder recuperar amistades de la infancia y también entablar, efectivamente, nuevas relaciones. Incluso a pesar de las distancias. Aceptar un nuevo “amigo” en una red social implica estar dispuesto a compartir con él la propia vida, lo que a su vez hace posible un mutuo conocimiento. No son pocos los casos de hombres y mujeres introvertidos que en las redes sociales han hallado un medio para salir de su ensimismamiento y poder relacionarse así con otros seres humanos a partir de múltiples afinidades.
En esta líneas, cada vez que un usuario “carga” nuevas fotografías, música, videos, etc., lo hace para que otras personas puedan verlo o leerlo y, de esa manera, poder mantenerlos al tanto de la propia vida y, a su vez, estar al tanto de la vida de los otros: de lo que hacen, les gusta y piensan. En redes sociales como Facebook, la capacidad de relacionar a las personas ha resultado su clave de éxito.
En una entrevista, la profesora Sor María Antonia Chinello[48], enseñante en la Universidad Auxilium, en Roma, declaraba: “Está probado que en la red es un poco más fácil compartir dificultades, esperanzas, temores, hablar de temas de los cuales quizá daría pena cara a cara, porque se temen las reacciones inmediatas en el otro”.
A.4 Educativo
Desde el punto de vista educativo, una social network tiene mucho que ofrecer a la generación digital. Si los niños, adolescentes y jóvenes de ahora aprenden con cuñas sonoras de pocos segundos, si su atención es breve, piensan más con imágenes que con palabras y son más dados a procesar datos electrónicos, por qué no aprovechar este nuevo medio para el aprendizaje. En esta línea, las redes sociales también regalan la ocasión para conocer, valorar y aprender lo bueno que hay en otras culturas abriendo caminos para el diálogo entre personas de diferentes países y religiones: “El nuevo espacio digital, llamado ciberespacio, permite encontrarse y conocer los valores y tradiciones de otros. Sin embargo, para que esos encuentros den frutos, se requieren formas honestas y correctas de expresión, además de una escucha atenta y respetuosa. El diálogo debe estar basado en una búsqueda sincera y recíproca de la verdad, para potenciar el desarrollo en la comprensión y en la tolerancia[49]”.
Conscientes del potencial educativo de las redes sociales, hay quienes han lanzado propuestas que buscan exprimir mejor esta posibilidad. Es el caso de Imbee.com, dirigido a chicos y chicas de entre 8 y 15 años que cuenta, incluso, con áreas para profesores.
Las redes sociales dan a los enseñantes una oportunidad para continuar el contacto con los alumnos, para dialogar con ellos incluso fuera del encuentro académico propio de las instituciones escolares.
B. Negativos[50]
Un artículo publicado por el diario argentino La Nación[51] hacía eco de un estudio de la marca Telefónica titulado “Generaciones interactivas en Iberoamérica. Niños y adolescentes ante las pantallas”, en colaboración con la universidad de Navarra. El estudio analiza los hábitos “digitales” en siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela). Según ese informe, el 95% de los chicos entre 10 y 18 años usa Internet –uno de los modernos medios de comunicación– de modo habitual, mientras que el 83% usa teléfono móvil y el 67% utiliza videojuegos.
La pregunta que viene casi como corolario es: ¿y qué hacen en Internet? “Sus preferencias de uso aparecen polarizadas: el 70% lo usa para comunicarse (Messenger, chat, mensajes de texto); el 59% para conocer e informarse; el 43% para compartir fotos y videos; igual cantidad para divertirse, y sólo un 6% para comprar on line”, recogía el artículo de La Nación.
Más recientemente, el diario Il Corriere della Sera (cf. 09.09.2009) recogía en un artículo los aspectos de la vida diaria que la web ha cambiado en la existencia de tantas personas, según un análisis inicialmente publicado en The Telegraph: desde objetos (álbumes fotográficos, directorios telefónicos, cartas, etc.), pasando por hábitos (ir a la tienda de discos, de compras, etc.), la manera de informarnos (reflejada en la cada vez más baja venta de periódicos impresos), hasta la privacidad (las redes sociales disponen hoy día de información sobre miles de ciudadanos proporcionada por ellos mismos).
¿Y todo eso es algo positivo o negativo? Un estudio del Instituto Vanier para la familia de Otawwa, Canadá (Good servant, Bad master: electronic media and the family), del 15 de octubre de 2007, ponía de manifiesto la aportación positiva de los medios de comunicación como fuente de educación y entretenimiento, pero también alertaba sobre las consecuencias negativas. ¿Cuáles?
B.1 Pornografía
1) Quien los usa más interactúa menos con la pareja, los hijos y los amigos. 2) Quien los usa más tienen mayor riesgo de caer en comportamientos agresivos y desarrollo cognitivo pobre. 3) Problemas de salud relacionados con los hábitos alimenticios de quien está expuesto a la publicidad de alimentos que circulan por los medios de comunicación.
Un estudio de Optenet refiere que el 35% de las páginas web existentes, al menos hasta diciembre de 2008, son pornográficas. Un artículo publicado en la versión digital de Diario Uno[52], Argentina, reportaba 95,6 millones de páginas web dedicadas a la pornografía.
Hasta antes de Internet la pornografía tenía más difícil la entrada a los hogares. Además costaba. Ahora basta una conexión a la red. En el caso concreto de algunas redes sociales, las facilidades técnicas para formar grupos ha llevado a no pocas personas a entrar en algunos específicamente pornográficos[53]. Y sin tener que entrar en portales de ese tipo. Otros caen en manos de grupos que promueven el racismo, la violencia[54] o el terrorismo.
Según un estudio de 2007 de la Universidad de New Hampshire, en Estados Unidos cada mes hay más de 35 millones de visitas a páginas pornográficas.
A inicios de diciembre de 2008, LibertadDigital.com reportó que la palabra “sexo”, en los buscadores de Yahoo.com, había sido uno de los tres términos más buscados durante ese año.
La facilidad para acceder a portales con esos contenidos supera la mera consideración teórica de cuestiones éticas; al constatar las consecuencias emocionales, psicológicas, físicas y relacionales de quienes caen en las redes de la pornografía, no se puede permanecer indiferente. Esto se acentúa todavía más en el caso concreto del ambiente familiar, y todo lo que ese ambiente supone y representa.
En septiembre de 2009, el Morality in Media, de Robert Peters, publicó un estudio titulado How Adult Pornography Contributes To Sexual Exploitation of Children (Cómo contribuye la pornografía adulta a la explotación sexual de niños). El informe ponía de manifiesto la amenaza que la pornografía suponía para los niños. ¿Por qué específicamente?
John Flynn, L.C., resumía los puntos en un artículo publicado por la agencia zenit[55]:
“1. Los delincuentes utilizan pornografía adulta para preparar a sus víctimas.
2. Para muchos delincuentes hay una progresión desde ver pornografía adulta hasta ver pornografía infantil.
3. Los hombres actúan con las niñas prostitutas como ven en la pornografía adulta, y los chulos usan pornografía adulta para instruir a las niñas prostitutas.
4. Los niños imitan con otros niños el comportamiento que ven en la pornografía adulta.
5. La adicción a la pornografía de adultos destruye matrimonios, y los hijos en los hogares con un solo progenitor corren más riesgo de sufrir explotación sexual”.
Uno de los fenómenos que están impactando negativamente a los jóvenes y, sobre todo, a los adolescentes es el así llamado sexting. El sexting consiste en el envío de imágenes o videos con contenido sexual a través del teléfono móvil o de la publicación de las mismas en perfiles o grupos de redes sociales. El contenido podría ser producido por el protagonista, de forma consentida incluso. El grado de inmoralidad es más penoso cuando el contenido fue robado, obtenido y dado a conocer sin el consentimiento del implicado.
B.2 Amistad
El tema de la “amistad” digital es otra asignatura pendiente. Inicialmente las redes sociales implicaban una amistad basada en relaciones de la vida real, específicamente en un ambiente académico universitario. Sin embargo, con las redes sociales disminuyen las relaciones “cara a cara” y se puede caer en el escollo de sustituirlas con relaciones sólo en ese medio. O lo que es lo mismo: tener muchos “amigos” en Internet y olvidarse de los que están a nuestro lado. Es verdad, usadas como oportunidad para consolidar o recuperar aquellas amistades que por la distancia o el tiempo se habían perdido, no pueden dejar de valorarse.
La “amistad digital” invita a considerar el riesgo grave de que computadoras, celulares y otros dispositivos, aíslen de las relaciones interpersonales apoyadas en encuentros reales e incluso de confundir una simple relación con una amistad auténtica. Además, una vinculación social-digital puede crear un exceso de dependencia de los otros o, sencillamente, hacer pasar la “amistad” por una mercancía. En no pocas ocasiones se reduce la “amistad” a “tener” a otro en la lista del propio perfil.
No sin razón afirma boyd: “el término ‘amigos’ puede inducir a error, porque la relación no significa necesariamente la Amistad en el sentido vernáculo cotidiano, y las razones para que las personas se conecten son diversas[56]”. En este mismo sentido, Benedicto aporta una reflexión original y profunda, en el multicitado mensaje para la XLIII Jornada de las Comunicaciones Sociales: “Este concepto es una de las más nobles conquistas de la cultura humana. En nuestras amistades, y a través de ellas, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos. Precisamente por eso, siempre se ha considerado la amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de la amistad. Sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades on line fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela, o en el tiempo libre”.
En una entrevista concedida al Sunday Telegraph[57], el arzobispo católico de Westminster, monseñor Vicent Nichols, advertía sobre los efectos deshumanizantes de Internet en los siguientes términos: “Estamos perdiendo capacidades, habilidades de interacción humana, cómo leer el ánimo de una persona, ver su lenguaje corporal, cómo ser pacientes hasta el momento de precisar algo o ejercer presión”.
Más o menos en la misma línea iba un artículo titulado Cómo Facebook puede arruinar amistades, publicado en The Wall Street Journal[58], en agosto de 2009. En un testimonio recogido en el artículo se decía: “Estoy cansada de amigos que aseguran que están demasiado ocupados para llamar por teléfono, o incluso para escribir un e-mail aceptable, sin embargo pasan horas en las redes sociales, colgando fotos de sus hijos o de sus fiestas, reenviando adivinanzas estúpidas, colocando dichos extravagantes y absurdos, o utilizando Twitter para comunicar sus últimas andanzas”. Como declaró monseñor Nichols, la comunicación escrita es imperfecta. O en palabras del Wall Street Journal, “se pierden los matices que pueden ser expresados en lenguaje corporal y las inflexiones de voz”.
B.3 Privacidad y ¿gratuidad?
Hoy por hoy, jóvenes y adolescentes están habituados a decir, escribir y presentarse a través de textos, mensajes, fotos y videos. En la mayoría de las ocasiones no parecen conscientes de que aquello que escriben o cargan en la red. Una vez publicado es visible para todos e incluso se puede perder el control de dónde puede terminar la información.
El tema concreto de la privacidad[59] es uno de los que de una manera más sugestiva plantea no pocas contras en muchos ambientes. Un estudio académico sobre intimidad y social networkde los estudiosos Gross y Acquisti[60] revelaron que es alto el riesgo potencial para que a partir de los datos incluidos en los perfiles, delincuentes cibernéticos puedan reconstruir números de seguridad social. Y es que en no pocas ocasiones se da un descuido propiciado, en parte, por la inconsciencia acerca de la naturaleza pública que supone Internet[61].
Las aplicaciones[62] de las redes sociales logran que las personas hagan crónicas detalladas de sus experiencias de vida. En cierta forma, se trata de una renuncia a la privacidad[63] puesta en manos de empresas con fines lucrativos cuyas ganancias dependen, en cierta forma, de la confianza de los usuarios que ponen en sus manos la “parte” de vida que “cargan” en la voluntariamente en la red social. Nunca antes tantas personas habían puesto al alcance de cualquiera tal cantidad de datos de tipo personal. No huelga recordar que “No hay que dejarse engañar por quienes –tanto en el tema de la “amistad” como en el de la privacidad,ndr– tan sólo van en busca de consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección misma se presenta como el bien, la novedad se confunde con la belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad[64]”.
Todo lo anterior plantea más interrogantes éticos y es motivo de una alerta mayor si consideramos que al menos una cuarta parte de los usuarios de redes sociales son menores de edad[65].
La publicidad en las pantallas de nuestros monitores nos recuerda que las redes sociales no son grupos filantrópicos sino empresas que buscan ganancias económicas. Los dueños de las redes sociales no hacen amigos, sino clientes.
Así, no es banal recordar que las plataformas más usadas se están convirtiendo en propiedad de compañías cuyo cometido es incrementar sus entradas de dinero[66]. Si bien ofrecen un servicio, ¿quién es el propietario último de la información que libremente carga el usuario y qué disponibilidad pueden tener y hacer con ella? “Una vez que se introduce en la Red una información o mensaje, resulta altamente difícil retener el título de propiedad por parte del emisor. Los mensajes pueden ser tomados y transformados fácilmente de suerte que pierda el rastro de autoría original. Los legisladores dispensan a este tema una importancia capital. Hay piratas de ordenadores que se dedican a robar datos e informaciones en la Red como salteadores de bancos. ¿Quiénes custodian los bancos de datos? ¿Quiénes tienen acceso normal a ellos sin violar el secreto profesional correspondiente? ¿Cómo evitar el soborno o el asalto traidor a los mismos?[67]”.
Aquí, como en otros temas relacionados con Internet, se precisa una legislación internacional al respecto de modo que ningún negocio se aproveche de la confianza de las personas, independientemente de quien se trate[68].
B.4 El factor pedagógico y el factor tiempo
Pero la banalización de las relaciones interpersonales no es el único aspecto. También está el pocas veces valorado factor “uso del tiempo” que, en el mejor de los casos, únicamente llega a repercutir en las calificaciones, en los estudios y en el rendimiento laboral.
Es necesaria una educación para discernir no sólo a quién se admite como amigo, sino en todo aquello que se pone a disposición de los demás en el propio perfil y el tiempo invertido en ello[69]. Una moderna oportunidad no puede convertirse en esclavitud. Y es que una red social reclama una alta atención del usuario: “…Cualquier mensaje, foto o video que introduce alguno de los amigos presentes en la red supone una llamada que con frecuencia es atendida con un intercambio de mensajes, de fotos o de videos. Cargar fotos y videos ya supone un cierto tiempo… y el reloj corre[70]”.
Considerando esto, nace espontáneamente una pregunta: ¿tiene un estudiante tiempo para ello? ¿En qué momento actualiza su perfil un trabajador?
Como parte del factor “educación”, es penoso encontrarse con un manejo realmente pobre del lenguaje que, de alguna forma, es reflejo de la pereza mental que estos medios pueden propiciar por la rapidez e inmediatez que implican. Por otra parte, entrar a navegar sin rumbo puede llevar a más de un triste naufragio.
B.5 Derechos de autor (tráfico de imágenes o videos)
A través de las redes sociales, por su misma dinámica relacional entre personas, es posible compartir contenidos muchas veces al margen de quienes los producen o distribuyen legalmente.
Al considerar lo anterior, percibimos dos cosas: 1) por una parte tenemos lo que podríamos llamar “derechos de autor” sobre los contenidos que el mismo usuario produce (sus fotos, videos, textos, etc.) y, por otra, 2) aquellos contenidos ajenos que muchas veces el mismo usuario hace circular o recibe. Está claro que se puede disponer de aquello que se produce, mientras no atenta contra nadie más y sea bueno, pero no se puede disponer sin más de lo ajeno. El hecho de que de facto se dé un masivo robo de propiedad intelectual (pensemos en la música o videos que se distribuyen o comparten), una democratización del delito, no es sinónimo de que no deba ser penado y mucho menos que esté bien. “La conducta delictiva en el otros contextos es también conducta delictiva en el ciberespacio[71]”.
B.6 Mundo virtual no es mundo real… el aislamiento individualismo
Al reflejar la identidad queda latente la posibilidad de crearse una representación artificial de uno mismo, de modo que se pueda parecer más “atractivo” para todos aquellos que están a la caza de “amigos” con especiales dotes físicas. Un perfil también puede ser ocasión para el narcisismo, el exhibicionismo y la superficialidad pues, para muchos, el deseo de aparecer como una persona socialmente atrayente, teniendo muchos “amigos” en las redes sociales, no deja de ser sintomático. Tampoco es extraño encontrarse con fotos retocadas que mejoranad extra la articulación de la identidad del usuario.
En todo caso, permanece abierta la tentación de hacer de una social network una ocasión para la construcción de un mundo paralelo que, además de alienar, podría hundir en la cohibición y en el aislamiento cada vez más radical de interacción social real a temperamentos débiles o más bien pobres en recursos para convivir y sociabilizar.
Todo este desarrollo de las redes sociales en general, y de los casos singulares, ofrece una amplia gama de oportunidades para hacer el bien y crecer en él. Pero las redes sociales también presentan retos éticos que no pueden pasar desapercibidos. ¿A cuáles nos referimos?
III. Retos
A pesar de los riesgos de alienación, debe quedar claro que “las redes sociales permiten experimentar nuevas formas de contacto, de relación y de expresión personal[72]”. El desafío es hacer pasar lo sustancial por medio de lo virtual. Antes de estas plataformas, Internet era un mero conglomerado de páginas con contenidos, pero las relaciones humanas en sí mismas no eran visibles en la world wide web.
Más que huir de ellas hay que saber aprovecharlas. Y para hacerlo es necesario un autocontrol, una educación.
A. Un uso adecuado: la educación en la responsabilidad, en la mesura y autocontrol
Una educación adecuada ayuda a los usuarios de redes sociales a discernir mejor qué es una amistad auténtica y a identificar los posibles riesgos de confundir relaciones superficiales y esporádicas en internet con la verdadera amistad. Las relaciones humanas requieren tiempo y conocimiento directo. Por otra parte, nuestro desarrollo humano precisa de afecto humano, silencio e intimidad, y esto se logra en el calor del trato personal.
Respondiendo a cómo educar a la generación digital para que vivan un sano uso de Internet, la profesora Chinello recordaba en una entrevista anteriormente citada: “El primer paso es comprender que internet es hoy uno de los canales que se tienen a disposición para comunicarse; es uno y no el único. Entonces debemos educar en la “continuidad” de la comunicación: puedo encontrar a mis amigos en Red, pero no olvido a los de clase, a los del grupo, del equipo deportivo, etc.[73]”.
Y continúa: “Un segundo aspecto, educar en las relaciones: hoy interacción precisa de tiempo para crecer y madurar, sea dentro o fuera de la Red. El descubrimiento del otro no es inmediato. Todo encuentro necesita tiempo. Por lo cual hay que educarse en no rehuir la fatiga de la comunicación: es verdad que es más fácil alcanzar un amigo con un click tener la paciencia de esperar que el otro sonría, hable, se abra. No dejar solos a los jóvenes, a los niños, en esta experiencia on line, sino estar a un lado de ellos y quizá viajar juntos para descubrir Internet (…)[74]”.
La educación implica un énfasis especial en la responsabilidad de los actos. No se puede perder de vista que quien actúa en las redes sociales es el único sujeto real que existe fuera de ellas y que, por ello, cualquier acción ahí realizada es responsabilidad de quien la efectuó.
Por tanto, hay una responsabilidad que respecta tanto a lo que se carga en la red como a lo que de ella se toma. Un buen uso de las redes sociales depende de los contenidos que seamos capaces de generar en ellas. La oportunidad de compartir implica no sólo una relación sino también contenidos; y dentro de estos lo mismo se puede incluir violencia que pornografía. Por lo anterior, “quienes se ocupan del sector de la producción y difusión de contenidos de los nuevos medios, han de comprometerse a respetar la dignidad y el valor de la persona humana […] Quienes las usan deben evitar compartir palabras e imágenes degradantes para el ser humano, y excluir por tanto lo que alimenta el odio y la intolerancia, envilece la belleza y la intimidad de la sexualidad humana, o lo que explota a los débiles e indefensos[75]”.
Siendo la familia el lugar donde se aprenden las primeras nociones del bien y del mal, los valores y las virtudes, no deja de ser una tarea pendiente el superar la brecha generacional entre padres e hijos, concretamente respecto al uso de los modernos medios de comunicación y, más específicamente, de las redes sociales en Internet. Los padres tienen la obligación de guiar y supervisar a sus hijos en su uso. Si esto conlleva aprender lo que no conocen o conocen deficientemente, será una ganancia.
Los padres cada vez tienen menos tiempo y por ello no pueden supervisar al cien por ciento qué hacen sus hijos en casa. Muchos no se dan cuenta que el mal está al alcance de un clic dentro del mismo hogar. Y no hay que pensar nada más en las computadoras. Ahora muchos dispositivos de telefonía móvil hacen tener Internet –literalmente– en la palma de la mano. No obstante, a los padres no les queda sino conocer y acompañar a sus hijos en la experiencia digital. Podría decirse que justamente, si los padres no conocen Internet, tienen una excelente oportunidad para convivir con su hijo quien podría hacer las veces de “maestro”.
Es apremiante una asignatura que aborde una adecuada pedagogía educativa en el uso de los medios de comunicación en escuelas públicas, concretamente en lo referente a Internet y aquellas formas de comunicación más usadas dentro de él. Más que abundar en la parte técnica, es urgente una perspectiva ética que sirva de orientación para todos esos niños y jóvenes que cada vez más, a una temprana edad, se insertan como usuarios de redes sociales; debe ser una educación que ayude a que las personas “se formen criterios de buen gusto y juicios morales verdaderos; se trata de un aspecto de la formación de la conciencia[76]”.
Al respecto, “Las universidades, los colegios y las escuelas católicas […] deberían ofrecer cursos para varios grupos, así como una formación más esmerada en cuestiones de tecnología, administración, ética y política de las comunicaciones…[77]”.
B. El tema de la privacidad
Posiblemente “el punto” que más preocupa actualmente en el uso de las redes sociales sea el factor “respeto de la privacidad”. Muchas veces se pierde el “sentido de intimidad[78]” considerando como seguros aquellos portales de redes sociales que alojan a usuarios que han desarrollado una dependencia y ya no son capaces de discernir el nivel de riesgo en el que se están moviendo. Revelar información personal implica un alto riesgo a corto o largo plazo.
Un artículo publicado en La Civiltá Cattolica[79] ofrecía una síntesis de consejos prácticos inicialmente publicados en GarantePrivacy.it. Nos pueden ayudar:
“1. Autogobierno: se necesita pensar bien antes de publicar datos personales, aceptar propuestas de amistad, publicar material que, también después de muchos años, podría salir de “la nada” gracias a motores de búsqueda.
2. Respetar a los otros: necesitamos aprender a abstenernos de publicar material que implique a otras personas sin su consentimiento”.
3. Cambiar los datos de acceso: es bueno usar diferentes “nombres de usuario” y password(claves, ndr) para acceder a las varias plataformas usadas, recurriendo también a pseudónimos diferentes.
4. Estar informados: es necesario ser consientes de quién gestiona el servicio y de cuáles garantías ofrece acerca del trato de los datos personales.
5. Fijarse en los niveles de privacidad: necesitamos verificar siempre los niveles de privacidad predeterminados y eventualmente modificarlos, posiblemente, al menos al inicio, usando la máxima cautela y limitando al máximo la disponibilidad de información, sobre todo en relación con la repetición de los datos por parte de los motores de búsqueda.
6. Atención a la identidad: es bueno verificar, si es posible, que la identidad virtual de la persona con la cual dialogamos en red corresponda verdaderamente a la identidad real de quien creemos que es; es fácil crear falsas identidades y “clonar” perfiles: basta disponer de una foto y de cualquier dato personal.
7. Controlar las modificaciones unilaterales: es bueno saber que los dispensadores de servicios pueden introducir unilateralmente modificaciones al contrato, y en consecuencia es necesario verificar cuando esto sucede y que cosas prevén las nuevas normas”.
Conclusión
Las redes sociales permiten a los usuarios verse y sentirse parte de una red de relaciones en la que pueden participar con tan solo dar un clic. Más que un cambio a nivel tecnológico, que también lo comprende, lo es a nivel de uso. Por tanto, no exige una nueva ética sino más bien la aplicación de principios ya conocidos, si bien en nuevas circunstancias.
Bien sabemos que los medios de comunicación en general, y las redes sociales en particular, son éticamente neutros[80], se convierten en lo que el hombre decide. Su bondad o maldad dependen del factor libertad humana, es decir, del uso que el hombre les da. “Nunca se insistirá lo suficiente en que los medios de comunicación social son sólo instrumentos sin alma propia[81]”.
No se puede ocultar que la fe contribuye positivamente para usar adecuadamente estas plataformas partiendo de razones humanas y enriquecidas con motivaciones espirituales que se ofrecen para ello. En definitiva, lo que está en juego en las redes sociales es si gracias a ellas la persona humana “se hace de veras mejor, es decir, más maduro espiritualmente, más consciente de la dignidad de su humanidad, más responsable, más abierto a los demás, particularmente a los más necesitados y a los más débiles, más disponible a dar y prestar ayuda a todos[82]”. La religión tiene la acuciante tarea de no sólo usar estas redes para difundir el mensaje cristiano, sino de integrar el mensaje en esta nueva cultura[83].
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