enero 26, 2011

La historia del emprendedor que se considera un payaso

¡y a mucha honra!



Oriol es un payaso. Un payaso que se ha visto haciendo de padre de familia y de empresario. Así se define a sí mismo. Y creo que es una definición muy acertada.

Cabe tener en cuenta que hacer de payaso es algo muy serio. Algo serio y muy difícil. No hay nada más complicado que hacer reír a los demás. También es una de las cosas más gratificantes que hay. Tener un trabajo así es todo un lujo.

Oriol es un chico de vocación, y cuando se lo propone no hay quien le pare. Comenzó en eso de los espectáculos de muy joven. Inició su formación en el mundo del circo, un ámbito que no es para nada lo que parece.

Pero Oriol lleva sus objetivos entre ceja y ceja y lo suyo es ir a por todas. No tardó mucho en dejarse llevar por su creatividad, en dejar de lado las directrices de los manuales para seguir a sus parámetros. El camino no es nada fácil, pero ahí lo tenemos. Dándolo todo.

Oriol tiene todo lo que tiene que tener un emprendedor: se expresa de forma impecable y no le tiembla el pulso a la hora de iniciar un proyecto, sea cual sea, con el objetivo de hacer pasar un buen rato a los demás. A todo ello, es un cachondo. ¡Muy cachando! Ya lo dice él mismo, es un payaso. Un payaso de los de “usted”.

Al igual que todo emprendedor, tuvo una idea: un espectáculo que haga reír a grandes y pequeños, un espectáculo diferente. Para llevarlo a cabo era necesario echarse a la calle para conseguir financiación.

Se reunió con varios inversores hasta que encontró el suyo. Sólo un pequeño detalle: no se reúne con nadie ni con americana ni con corbata. Prefiere una nariz roja y una chaqueta de colores chillones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario