Las viejas potencias reconocen la emancipación y emergencia de un grupo de países en desarrollo y en la 41 cita anual del Foro Económico Mundial (WEF) esperan que Brasil, Rusia, India y China (grupo BRIC) cooperen a encauzar una salida de la crisis financiera, a enjugar deudas en la zona del euro, reequilibrar tensiones entre divisas y afianzar la recuperación occidental sorteando la conflictividad social y grave desempleo.
"El mundo claramente ha cambiado" y "se encuentra rebasado" por los tres años de crisis; el horizonte no es claro y habría «un riesgo de agotamiento» según concede el presidente y fundador del WEF, profesor Klaus Schwab, ante la inminente apertura y desembarco de las élites globales en una nueva reunión del foro en la estación invernal alpina.
Entre los dirigentes se espera a Merkel, Sarkozy y Cameron. Medvédev ha cancelado su discurso inaugural, por razón del atentado en Moscú, y Zapatero ha declinado asistir, alegando que prepara su debate sobre las pensiones, pero Davos nunca ha sido de su gusto. Además, y al igual que el año pasado, el programa le colocaba en la misma mesa que al primer ministro griego, Yorgos Papandreu, un foto que implica un paralelismo que el presidente español prefiere no reeditar ahora que el fantasma de la intervención se aleja por fin lentamente.
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