La historia egipcia vivió uno de sus días más oscuros ayer, cuando seguidores del presidente Hosni Mubarak se enfrentaron a los manifestantes antigubernamentales en la plaza Tahrir, causando tres muertos y más de 600 personas heridas, según datos del Ministerio de Salud.
"¡Al museo! ¡Al museo!", gritaba un hombre para pedir a los manifestantes que cortaran el paso a una ofensiva oficialista que llegaba montada en caballos y camellos , narró AFP.
Las escaramuzas eran de extrema violencia usaban piedras, palos, barras de hierro y, en ocasiones, cuchillos.
Una madre dejó a sus hijos unos minutos al cuidado de otra mujer para llevar adoquines a los defensores de la plaza. De repente, alcanzado en la cabeza, uno de los niños, de unos diez años, cayó y perdió el conocimiento. Escenas como estas se repitieron todo el día.
"¿Por qué quieren que nos matemos entre nosotros a la vista del mundo entero?'', gritaba Ahmed Abdulá, un abogado de 47 años, afirmó AP.
La principal figura de la oposición, el ganador del premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, llamó al Ejército a intervenir para detener los enfrentamientos, los peores desde que comenzó la movilización.
Los militares, que el día anterior mantuvieron custodiados a los manifestantes, no tomaron parte en el conflicto y le pidieron a la población que volvieran a sus casas, dijo DPA.
"Pueden devolver a los egipcios la normalidad de su día a día", afirmaba un comunicado de las Fuerzas Armadas en el que también decían. "Estamos con ustedes a favor del pueblo y de la patria", agregó Efe.
El vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, se hizo eco de los efectivos y llamó a los ciudadanos a regresar a casa. "Los participantes en esas manifestaciones transmitieron su mensaje. El diálogo con las fuerzas políticas requiere el cese de las manifestaciones", añadió.
Violencia provocada
La aparición de 4.000 seguidores del Partido Nacional Democrático del presidente Mubarak es un elemento nuevo en la jornada de protestas de Egipto.
Los oficialistas no solo atacaron a egipcios, también se volcaron contra los periodistas internacionales a quienes acusan de favorecer a la oposición quienes, por su parte, lograron atrapar a algunos de sus atacantes y se los entregaron a los soldados. Reportes indican que miembros de los defensores de Mubarak eran en realidad efectivos de la policía, citó Reuters
De confirmarse esta información Mubarak enfrentaría la crítica de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos. "Si alguno de los actos de violencia es promovido por el Gobierno, esto debe detenerse de inmediato", dijo el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
En medio de la violencia un joven se tomó unos minutos para descansar. "Es la última carta de Mubarak. Poco a poco pierde el control . Tenemos que ser pacientes", dice Nurredin Najeh, de 25 años, porque tiene la convicción de "que (el presidente) pagó para que nos atacaran". De la misma opinión es Khalil, de 60 años, quien desde otro punto de la plaza afirma con firmeza: "no nos iremos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario