febrero 24, 2011

Mongolia se ha convertido en el país paraíso de la especulación


Es una época de boom en Mongolia, que tuvo un récord de 1,400 millones de dólares de inversiones extranjeras directas en 2010, gracias a su cobre, oro y carbón, y a la insaciable hambre de materias primas de su vecino, China.
¿Has oído hablar del tugrik? Es la moneda oficial de Mongolia, la tierra de Gengis Khan. Con el paso de los años, los inversionistas extranjeros han llegado a la tierra de escasa población en busca de riqueza. 
También fue la moneda de curso legal con mejor desempeño en 2010.
Los vastos depósitos minerales de Mongolia, sobre todo de cobre, oro y carbón, han ayudado a aumentar de una forma sin precedentes la demanda del tugrik. La moneda terminó el año 15% arriba en comparación con el dólar estadounidense, superando el desempeño de las monedas del mundo y acercándose sólo al rand sudafricano, que tuvo una apreciación de 14%, y al dólar australiano, que creció 13%.
"Cuando llegué a Mongolia hace siete años, acababan de descubrir todos los depósitos, y había un gran alarde porque Mongolia estaba, literalmente, sentada sobre una mina de oro", dice Christopher de Gruben, que fundó en 2004 la compañía Make a Difference Corporation Services, una compañía con base en Mongolia que se especializa en la renovación de hogares de la era de la Unión Soviética y de la búsqueda de reubicaciones corporativas. Al igual que muchos inversionistas, Gruben tiene esperanzas, no sólo asombro, del enorme potencial minero del país, y del "boom que está por darse":
De hecho, el tugrik se ha convertido rápidamente en lo mejor que alguien haya visto. La mayoría de los bancos grandes deWall Street no siguen el tugrik, y pocos economistas o analistas llevan registro del territorio rodeado de otros territorios, que al norte hace frontera con Rusia, y al sur con China. No es que haya sido fácil. Algunas partes del país aún operan bajo un sistema informal de trueque, pagando por todo, desde comida o ropa, con ganado y otros bienes. Apenas en 2009, el Parlamento de Mongolia cerró una laguna jurídica, permitiendo el uso de cualquier moneda para hacer transacciones locales. Ahora, el tugrik debe ser usado para la mayoría de las transacciones nacionales.
¿Problema de burbuja?
Es difícil no preguntarnos si Mongolia puede ser considerada en verdad una nueva frontera o simplemente una luz temporal para los inversionistas que quieren volverse ricos de inmediato.
"La gente se está enriqueciendo rápidamente", dice Gruben, señalando la tienda de Louis Vuitton que abrió en la capital de Mongolia, Ulan-Bator, en 2009, como una evidencia. "Hay toda una carrera sobre quién tiene el auto más veloz y quién tiene más dinero aquí".
El país es una de las varias economías relativamente pobres que han visto cómo crece su moneda a medida que el precio de las materias primas rebota, sobre todo, gracias a la demanda de China. El precio del cobre, la exportación maestra de Mongolia, cayó hasta 65%, de 8,700 dólares por tonelada en abril de 2008, a 3,000 dólares por tonelada en marzo de 2009. Desde entonces se ha recuperado con fuerza, pues ahora se espera que esta materia prima se comercie a 11,000 dólares dentro de algunos meses, según Goldman Sachs.
Por eso no es ninguna sorpresa que los inversionistas hayan intentado beneficiarse de un rendimiento de los buenos tiempos. Las inversiones extranjeras directas llegaron a un punto alto récord, superando los 1,400 millones de dólares en 2010, según cálculos de un informe reciente realizado por Eurasia Capital.
En octubre de 2009, el gobierno de Mongolia aprobó una legislación muy esperada sobre un acuerdo para desarrollar la mina Oyu Tolgoi, considerada una de las minas de depósitos de cobre y oro sin explotar más grandes del mundo. De cierta forma, el acuerdo ha dado a los inversionistas internacionales algo de confianza, después de que el gobierno de Mongolia dejara a la deriva a uno de los bancos más grandes del país.
Cuando la producción en la mina Oyu se mueva a su punto máximo, la mina sola podría aumentar el PIB de Mongolia en un 20% a 30% entre 2013 y 2014, una cifra sin precedentes.
Recientemente, la compañía minera y de recursos naturales, Rio Tinto Group, anunció que se haría cargo de la administración del proyecto Oyu Tolgoi después de acceder a invertir hasta 3,700 millones de dólares con su socio operador de minas con base en Vancouver, Ivanhoe Mines Ltd. Aunque es una de las más grandes, la inversión de Rio es una de las muchas que se espera lleguen a Mongolia.
Pero así como el rebote en las materias primas ha ayudado a Mongolia a recuperarse de la recesión mundial, sin duda podría hacerla caer de nuevo. Fue una de las economías del este de Asia más afectadas por la crisis económica. Es más, quizás es una de las más vulnerables a la volatilidad de los precios de las materias primas. Antes de la crisis, Mongolia creció en promedio 9% al año, sobre todo, gracias a los altos precios de cobre y a la nueva producción de oro. En 2009, su PIB cayó 1.6%.
De hecho, la mayoría de las economías con vastos minerales sufrió a medida que el precio de las materias primas cayó, pero Mongolia fue particularmente vulnerable en comparación con algunos de los exportadores de cobre más grandes del mundo. El problema se debió, en parte, a que el gobierno del país no ahorró lo suficiente durante la era del boom, ocasionando un déficit de presupuesto en 2008.
Por otro lado, los exportadores de cobre, Chile y Papua Nueva Guinea, han gozado de fuertes excedentes fiscales durante épocas de boom.
Sin duda Mongolia podría ser una nueva frontera, no sólo por sus vastos minerales sino también por su ubicación central cerca de China, hambrienta de recursos. Pero la forma en la que crecerá es algo a lo que debemos prestar atención. Y muy probablemente será algo que cuestionaremos.

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