La Liga BBVA ha despertado definitivamente el interés de los inversores extranjeros, que ven en la compra de clubes españoles —a pesar de la elevada deuda acumulada— nuevas oportunidades de negocio. El Málaga fue el pionero. Rompió moldes y en verano pasó a ser controlado por el jeque qatarí Al-Thani. Este caso ya no es una excepción y ha abierto una vía de «salvación» para otras entidades en apuros económicos.
Si la semana pasada fue el Racing de Santander el que pasó a manos del empresario indio Ahsan Alí Syed después de unas intensas y duras negociaciones, la afición del Real Zaragoza se levantaba ayer con la noticia de que su equipo se encuentra en el punto de mira de un fondo soberano de Dubai.
La posible venta del conjunto de La Romareda fue el tema de tertulia para los zaragocistas desde primera hora de la mañana. Según publicaba el «Heraldo de Aragón», el presidente y accionista mayoritario, el constructor Agapito Iglesias, negocia una opción de compra del club que ascendería a tres millones de euros, un precio que bajaría en el caso de que el equipo entrenado por el mexicano Javier Aguirre descienda a Segunda división a final de temporada. Además, los compradores tendrían que asumir los 130,9 millones de euros de deuda que arrastra la entidad y la liberalización de los avales personales del presidente, quien sin embargo permanecería al frente de la sociedad hasta el final de la temporada.
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