El crudo estadounidense para entrega en mayo subía US$2,13 y se negociaba en US$103,2 el barril, mientras que el Brent —de referencia en Europa— avanzaba US$2,21 y llegaba a los US$116,14 el barril.
"Como se torna más clara la naturaleza de la participación militar externa, hay una nueva escalada de la situación, y el daño a la infraestructura podría ser mayor, manteniendo a Libia fuera del mercado del crudo por más tiempo", señaló Amrita Sen, analista de Barclays Capital.
La inestabilidad creció aún en los regímenes más autoritarios de Medio Oriente el fin de semana. En Siria, multitudes incendiaron el cuartel del gobernante Partido Baath, su complejo principal y sucursales telefónicas en un levantamiento que resultó en al menos cuatro muertos.
En Yemen, las muertes de decenas de manifestantes antigubernamentales llevaron al embajador del país ante las Naciones Unidas a renunciar el domingo, en una medida de protesta.
También aumentaba la tensión entre Bahréin e Irán, ya que una serie de expulsiones de diplomáticos siguió a la indignación de Teherán por las acciones policiales de la semana pasada contra los chiítas. El lunes, el rey de Bahréin anunció que una conspiración extranjera había sido desbaratada y agradeció a sus vecinos sunitas, notablemente a Arabia Saudita, por su apoyo.
"La clave realmente es cómo Arabia Saudita e Irán se desenvuelven. Debe prevalecer la cordura. De momento está contenido, pero si las cosas empeoran, se verá muy rápido una prima por Oriente Medio", afirmó Jonathan Barratt, director gerente de Commodity Broking Services.
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