mayo 14, 2011

Desafíos y alternativas en la construcción de la paz


Llevo más de veinticinco años trabajando en contextos internacionales con mucha polarización y en conflictos en sociedades muy divididas, incluyendo unas experiencias que tuvimos en los años ochenta, en las guerras en Centro América, sobre todo en Nicaragua y después en varios países en África. Quisiera empezar con una pequeña historia que viví en Somalia. 

Esta pequeña anécdota tuvo lugar en la capital de Etiopía, donde a principios de los noventa, Naciones Unidas realizó una serie de charlas y negociaciones para hacer frente a lo que fue el colapso total del gobierno en Somalia. Yo tuve la oportunidad de trabajar al lado del enviado especial de las Naciones Unidas y con un instituto de Suecia que venía apoyando ese esfuerzo del enviado: Mohame Sahnum. Es una anécdota interesante que me marcó y que salió en un momento inesperado.

Somalia, a partir del ’89, ya no tenía gobierno, todo se había venido abajo e incluso hay somalíes que aún hoy dicen que han durado más de doce años sin gobierno. En el segundo encuentro en el año ‘92, la O.N.U. dio un paso interesante en el contexto somalí bajo mucha presión de diversos grupos. Se abrieron las negociaciones en Adis Abeba, no solamente para los líderes de los grupos armados, es decir las milicias, que siempre han estado en varios lugares en Somalia, sino que se abrieron para que participara gente de la sociedad civil y gente de varios niveles de esta sociedad. Participaron organizaciones de mujeres, ancianos de los grupos étnicos y tribus que existen en Somalia, participaron líderes religiosos y participaron las O.N.Gs. de muchos tipos y sectores del país. En la sede de Adis Abeba, más de trescientas personas participaron en una semana, en un encuentro de negociaciones. La primera mañana de esta semana todo el evento empezó con conversaciones que dieron los diplomáticos y personas de prestigio del extranjero, no somalíes. Más o menos diciendo “mira, hemos trabajado para que ustedes tengan la posibilidad de que todos vengan y hablen y que traten todos de resolver sus problemas, aprovechen por favor esta oportunidad”. Eso duró dos horas y entonces tocó el refrigerio, que todo el mundo sabe que el momento del refrigerio en Etiopía es la oportunidad de tomar de té, y el té es muy importante. En el pasillo, tomando té, es cuando las verdaderas negociaciones empiezan. No siempre lo que pasa oficialmente en la sala es lo más importante, sino lo que pasa en conversaciones en los pasillos entre unos y otros.

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