Ramón Elías Bolotín, presidente de la Asociación de productores Independientes en Venezuela (PAI), estima que en este ciclo no se alcanzará ni el 50% de la meta estimada de maíz, por el efecto que han tenido las inundaciones sobre las zonas productivas, ubicadas en Turén, estado Portuguesa. Señala que la fecha tope para sembrar en Portuguesa es el 30 de mayo, y teme que no será posible cultivar la superficie de siembra prevista en los días que quedan. De las labores de siembra de las 237.000 hectáreas que estaban proyectadas para el ciclo invierno y que debieron iniciarse en la primera quincena de abril apenas se ha sembrado 20%, cuando en esta fecha debería haberse sembrado entre 50% y 60% de la superficie, lo que ha llevado a los productores a replantearse las metas de producción de este año.
"Las principales causas del atraso han sido las intensas lluvias y el colapso de los principales canales y caños de drenaje por falta de mantenimiento. En abril llovieron 286 milímetros y en mayo 182 para un acumulado de 368 milímetros, el doble de lo que normalmente debería haber llovido para la fecha. La situación de Barinas es similar a la de Portuguesa", explicó Bolotín.
Las prolongadas lluvias que se han originado en el país durante las últimas semanas han retrasado la siembra de maíz en los estados Portuguesa y Barinas, cuya producción representa 40% del total nacional.
Aclaró que aunque los años lluviosos no son buenos para Barinas y Portuguesa, por el tipo de suelos que tienen, para otros estados como Yaracuy y Bolívar las lluvias sí son beneficiosas, además de que el ciclo de siembra se inicia en junio.
El productor estima que debido a la incidencia que tendrán las lluvias sobre los resultados de la producción, y la importancia para el país que representa el cultivo de maíz en Portuguesa, será necesario coordinar para el próximo ciclo de verano un programa urgente de saneamiento de canales y caños, a fin de evitar que se repita la situación actual.
El impacto que está generando el clima sobre los cultivos de maíz afectará los rendimientos de la producción, lo cual será un duro golpe para los productores de este importante cereal, que ya están afectados por la baja rentabilidad.
Carlos Albornoz, vicepresidente de Fedeagro, señaló que a pesar del reciente ajuste otorgado al precio del maíz, en el caso del amarillo, la rentabilidad está en menos 12%, mientras que la rentabilidad del arroz blanco es cero.
Las estructuras de costos de Fedeagro para el cultivo de maíz arrojan Bs 4.825 por hectárea, y si se calcula un rendimiento promedio de 3.300 kilogramos, el costo por cada kilo de maíz que se produce es de Bs 1,46 y el precio está regulado en 1,50, con lo cual no queda casi nada para reinvertir.
"Esto ha generado mucho desestímulo en los productores, muchos estamos haciendo de tripas corazón. Hay agricultores que dependen de créditos y muchos dependían de Agroisleña, y hoy ya no reciben esa ayuda. La situación del cultivo de maíz, que es tan importante en Venezuela es crítica", apuntó Albornoz.
Ante la falta de atención de Agropatria, muchos productores tuvieron que elevar su nivel de endeudamiento e incluso hipotecar sus propiedades para invertir en el cultivo, que hoy se ve amenazado por las incesantes lluvias.
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