junio 19, 2011

En los últimos 12 meses los depósitos a plazo registran una caída de 44% en Venezuela


Las proyecciones oficiales venezolanas y de analistas privados apuntan a que en 2011 la inflación en Venezuela acumulará un salto de 25%, por lo tanto, ahorrar durante un año con las actuales tasas de interés reporta pérdidas entre 12,5 y 10,5 bolívares por cada 100 bolívares depositados. 

¿Cuánto tienen las personas naturales en estos instrumentos? Al cierre de mayo los venezolanos tienen depositados en cuentas de ahorro 63 mil 246 millones de bolívares, unos 14 mil 700 millones de dólares al tipo de cambio oficial, y 2 mil 550 millones de bolívares en colocaciones a plazo. 

Como los depositantes reciben tasas de interés que no cubren la inflación los bancos pueden prestarle barato al Gobierno y las empresas. 

El financiamiento al Gobierno se produce mediante la compra de bonos y letras del tesoro, mientras que las empresas obtienen créditos a bajas tasas, por debajo de la inflación anual. 

Cada semana la banca le presta al Gobierno a tasas inferiores a 10% en el caso de las letras del tesoro y por debajo de 20% si se trata de bonos, ayudando a que el Ejecutivo cuente con recursos para impulsar el gasto a bajo costo. 

En los primeros cinco meses del año el monto de los bonos y letras del tesoro que la banca le compra al Gobierno ha crecido 40% y todo indica que seguirá aumentando velozmente en el segundo semestre. 

Ricardo Villasmil, profesor del IESA, explica que "entre las consecuencias que tiene el esquema de tasas de interés se encuentra que el Ejecutivo puede financiar el déficit fiscal muy barato, no hay problema para gastar y al final el resultado es más inflación". 

Este desequilibrio no es nuevo en la economía venezolana, de hecho, es una constante en los últimos veinte años y la consecuencia es que hay poco estímulo para ahorrar en el país. 

"La excusa de que se trata de un problema que tiene años es muy difícil de sustentar, lo cierto es que esta economía necesita ahorro interno". 

El desajuste que genera una alta inflación y la decisión de las autoridades de que exista crédito barato ha convertido a los depósitos a plazo en una especie en vías de desaparición. 

Para mantener la rentabilidad los bancos han puesto en práctica mecanismos para disminuir las captaciones a plazo, que si bien reciben una tasa de interés que no cubre la inflación obtienen la mayor remuneración del mercado. 

Datos de Softline Consultores precisan que en mayo de 2008 los depósitos a plazo representaban 16,46% del total de las captaciones de la banca y en mayo de este año tan solo tienen un peso de 3,28%. 

Otra muestra de la pérdida de terreno de los depósitos a plazo es que su monto, de acuerdo con el informe de la Superintendencia de Bancos, registra un descenso de 44% en los últimos doce meses. 

Para huir de una economía donde cada año la inflación consume el ahorro históricamente los venezolanos han optado por comprar dólares pero en mayo del año pasado el Gobierno cerró la última ventana. 

Hasta ese momento quien vendía el apartamento, un carro o necesitaba ahorrar en una moneda más estable acudía a una casa de bolsa y compraba con bolívares un bono en divisas que luego revendía en el exterior para obtener dólares. 

Tras el cierre de las casas de bolsa y la eliminación de este mecanismo la única alternativa legal son las esporádicas emisiones de bonos en dólares que hace el Gobierno donde la demanda supera abiertamente a la oferta. 

"El Gobierno te obliga a financiarlo, no puedes comprar dólares y tienes que quedarte con los bolívares y recibir una baja tasa de interés en el banco", resume Ricardo Villasmil. 

Si bien mayoritariamente las familias prefieren la compra de dólares para protegerse la adquisición de automóviles que luego pueden ser revendidos a mayor precio también figuraba en la lista de opciones, pero las barreras a la importación han secado la oferta en los concesionarios. 

En el mediano plazo no parecen haber soluciones. El Gobierno ha dejado de prometer inflación de un dígito y Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela, solo ofrece menos de 20% en 2012. 

Al mismo tiempo bancos de inversión como Credit Suisse consideran que el Gobierno pospondrá el ajuste del tipo de cambio oficial hasta después de las elecciones de 2012 pero en 2013 es muy probable que el bolívar sufra una nueva devaluación que impactará el poder de compra y el valor del dinero depositado en la banca. 

En los últimos 17 meses el precio del dólar, al tipo de cambio oficial, acumula un salto de 100% desde 2,15 bolívares hasta 4,30 bolívares. 

vsalmeron@eluniversal.com

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