La decisión de Moody's de rebajar la nota de Portugal a la categoría de bono basura dejó estupefactos e indignados a los portugueses, que apenas han empezado a aplicar un durísimo plan de ajuste por su rescate. El bono luso a 10 años volvió a batir un nuevo récord al cotizar al 13,06% de interés, lo que disparó el diferencial con el bono alemán por encima de los mil puntos por primera vez en su historia.
"Insultante", "irracional", "ilógico", "indecente", "inmoral", "criminal": estos adjetivos dejaron patente la indignación de la prensa portuguesa, que no ha ahorrado críticas a Moody's por ser la "primera agencia en atribuir una nota 'basura' a Portugal", situándolo en la misma categoría que Grecia.
Esta nota supone un nuevo golpe para la economía portuguesa, que ha entrado en recesión en el primer trimestre del año con una regresión del PIB del 0,7%.
"Los bancos y las empresas van a tener más problemas para financiarse debido a la creciente presión sobre el crecimiento", explicó a la AFP la analista Cristina Casalinho del banco BPI.
"Esto va a hacer todavía más difícil un camino ya de por sí arduo", estimó Antonio Costa, director del Diario Economico. "Las privatizaciones serán todavía más difíciles de concretar a un precio decente, los inversores van a huir de la Bolsa de Lisboa y el acceso de las empresas a financiación va a ser insoportable", agregó.
Tercer país de la zona euro en solicitar ayuda externa después de Grecia e Irlanda el pasado año, Portugal se comprometió ante la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) a aplicar un draconiano plan de ajuste y reformas en tres años, a cambio de un crédito de 78.000 millones de euros.
Después de las elecciones anticipadas del 5 de junio pasado, el nuevo gobierno de coalición de derecha ha querido dejar patente su determinación para sanear rápidamente las finanzas públicas con un programa "más ambicioso" que el plan de ayuda internacional para reducir el déficit público de 9,1% del PIB en 2010 a 5,9% este año y al 3% en 2013.
Entre las nuevas medidas, el nuevo primer ministro Pedro Passos Coelho anunció más privatizaciones en los sectores de la energía y de los medios, una reestructuración de empresas públicas y la creación de un impuesto especial sobre la renta.
"La decisión de Moody's no tiene en cuenta el amplio consenso político" que apoya al programa del gobierno, que dispone de una confortable mayoría en el Parlamento, lamentó el ministerio de Finanzas portugués.
Para Kornelius Purps y Tullia Bucco, dos analistas del banco Unicredit contactados por la AFP, Portugal padece las consecuencias de los "temores de un riesgo de contagio de Grecia", que acaba de evitar por las justas la bancarrota gracias a la adopción de un plan de austeridad y de privatizaciones pese a la oposición de la población.
La decisión de Moody's suscitó una viva reacción del presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, quien estima que podría agravar la crisis de la deuda en la Eurozona. Hay que "romper el oligopolio" de las agencias de calificación, propuso el ministro de Finanzas Wolfgang Schäublele.
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