Para sustituir al dólar permuta el Gobierno venezolano creó el Sitme, un sistema administrado por el Banco Central donde se adquieren dólares a 5,30 bolívares, precio superior al tipo de cambio oficial de 4,30 pero inferior al permuta, el problema, es que la oferta es muy pequeña. Analistas creen que el propio diseño del Sitme obliga a mantener una baja oferta.
El mercado de permuta llegó a distribuir un promedio diario de 60 millones de dólares y en el primer semestre de este año el Sitme desembolsó un total de 3 mil 943 millones que determinan un promedio diario de 32 millones de dólares.
De hecho, el Sitme viene recortando su entrega de divisas. Las estadísticas del Banco Central reflejan que entre septiembre y diciembre del año pasado la oferta se mantuvo en un promedio diario de 42 millones.
Para las empresas que no reciben todos los dólares que necesitan a través de Cadivi (el organismo que controla las divisas a precio oficial), la caída de la oferta en el Sitme se traduce en la imposibilidad de importar insumos o productos que los consumidores no encuentran en las tiendas.
En el Sitme las empresas compran con bolívares bonos en dólares emitidos por la República o Pdvsa que luego revenden en el exterior para obtener las divisas, pero los bonos que tiene el Banco Central para vender son limitados, algo que de acuerdo con fuentes financieras lo ha obligado a salir al mercado internacional a comprar títulos.
La semana pasada el precio de los bonos emitidos por la República, incluyendo los de Pdvsa, registraron un alza sostenida y el Global 27, el título más transado, alcanzó el nivel más elevado en 14 meses.
Si bien operadores de deuda explican que la demanda por los bonos venezolanos aumentó ante la apuesta de inversionistas de que la enfermedad de Hugo Chávez vislumbra un cambio político en el país, fuentes financieras sostienen que las compras que ha hecho el BCV para alimentar al Sitme son la principal causa.
Para comprar bonos en el exterior el Banco Central tiene que utilizar divisas colocadas en la cuenta de las reservas internacionales y es evidente que ha habido una caída.
Las estadísticas oficiales indican que entre el 13 de junio y el 30 de junio las reservas internacionales del país descienden 1.750 millones de dólares desde 30 mil 136 millones hasta 28 mil 386.
El Banco Central se ha limitado a colocar una pequeña nota donde asegura que el grueso de la caída obedece a una "revisión y reclasificación de activos en moneda extranjera".
Empresarios consideran que a fin de prevenir episodios de mayor escasez el Gobierno aumentará la entrega de divisas en Cadivi valiéndose del incremento que ha habido en los precios del petróleo y en el Sitme, apoyándose en la recompra de bonos que ha hecho el BCV.
La flexibilización en la distribución de los dólares también ha incluido el inicio en la entrega de divisas para que las empresas extranjeras en el país puedan repatriar dividendos.
En un informe elaborado durante el primer trimestre de este año Barclays Capital señaló que el bolívar, aun después de la devaluación que en enero aumentó el tipo de cambio oficial desde 2,6 bolívares hasta 4,30 mantiene una sobrevaluación de 32%, es decir, el tipo de cambio de equilibrio es de 6,3 bolívares por dólar.
Bancos de inversión y firmas de análisis consideran que tras el aumento en el precio del petróleo el Gobierno puede posponer el ajuste en el tipo de cambio oficial hasta después de las elecciones presidenciales, pero no descartan una modificación en la tasa del Sitme.
La demanda en el Sitme, explican tesoreros de entidades financieras, supera los 80 millones de dólares diarios porque existe un gran incentivo para adquirir divisas a 5,30 bolívares por dólar en un mercado que considera que el valor real del dólar es mayor.
El ajuste en el tipo de cambio del Sitme es menos sensible que la tasa oficial que rige para las importaciones de productos básicos como medicinas y alimentos.
Por lo tanto, es más probable que se incremente el tipo de cambio en el Sitme que en las divisas que entrega Cadivi que resultan clave para contener la inflación.
vsalmeron@eluniversal.com
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