Difícilmente hoy, puede un país mantener tasas de inversión creciente, como de desarrollo económico sostenido, si no cuenta con un Mercado de Valores robusto, de amplia y sólida participación. En estos países, tanto el Estado como el sector privado trabajan conjuntamente en la elaboración y promoción de leyes, normas; así como de formas de perfeccionamiento del Mercado de Valores que permiten su desarrollo, transparencia y seguridad.
En nuestro país, el mercado de Valores, y en particular la Bolsa de Valores de Caracas se ha visto reducida significativamente, casi a su extinción, y lamentablemente va en sentido contrario en cuanto a la dimensión y desarrollo de otros mercados latinoamericanos como los son Brasil, Chile, Colombia o Argentina. En consecuencia, la decisión del Ejecutivo Nacional que redujo sustancialmente el mercado de valores y a sus agentes en la Bolsa de valores de Caracas, no solo es opuesto a la dinámica moderna de financiamiento de los mercados a nivel mundial, sino que redujo sustancialmente la posibilidad que los pequeños y medianos inversionistas y ahorristas puedan acceder a inversiones rentables y distintas a las tradicionales del mercado financiero bancario.
En los últimos años, las emisiones de bonos realizadas por PDVSA y el Ministerio de Finanzas fueron colocadas y negociadas en más de un 50% por casas de bolsa miembros de la Bolsa de Valores de Caracas. Con la exclusión de éstas, el sistema bancario se ha convertido en casi el único intermediario para colocar papeles del Estado en contraposición de la propia Ley Orgánica del Sistema financiero (OSFIN) en la cual delimita las funciones exclusivas de intermediación bursátil y del mercado de valores solo a las Casas de Bolsa.
Los mayores perjudicados han sido los pequeños y medianos inversionistas, que tienen muy poco acceso a las emisiones a través de los bancos, los cuales no tienen la flexibilidad y cercanía con la clientela como la tenían las Casas de Bolsa. Por ello, la exclusión de la participación de los Operadores Autorizados de Valores a través de la Bolsa de Valores de Caracas, elimina una de las fórmulas más eficientes para una verdadera democratización del capital a través del mercado de valores. Mediante la compra o cesión de acciones o títulos valores, los individuos tienen la oportunidad de participar en la propiedad a través de la tenencia accionaria, o de invertir en obligaciones de la República, de empresas privadas o entes públicos.
Si se cometieron irregularidades en algunas casas de bolsa y se violaron normas en cuanto a niveles de apalancamiento permitido, funciones fuera de sus alcances de negocios y delitos, esas casas de bolsa deben ser sancionadas y excluidas del mercado, pero la solución no puede ser eliminar el mercado de valores y a todas las casas de bolsa del país. El Ministerio de Economía y Finanzas, a través de la SNV, debe velar para que se mejore la supervisión y control más riguroso de los agentes, pero sin menoscabo de suprimir las bondades de las alternativas que brinda el mercado de valores. La SNV debe ser no solo un organismo supervisor, sino promotor del mercado y de nuevas iniciativas e instrumentos de inversión que pueden ser desarrollados para beneficio de los inversionistas.
Esta difícil situación del mercado hoy, puede tornarse en una oportunidad para ordenar y depurar el mercado de valores nacional, y potenciarlo con nuevos actores del mercado bursátil con el conocimiento, experiencia y honestidad, así como la creación de nuevos instrumentos y mercados de inversión. El País, el mercado y los inversionistas, todos salen ganando.
Guillermo García Noriega
finanzasaldia@gmail.com @asesorfinaciero
Asesor Financiero
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