marzo 30, 2011

Alumbramientos: Podemos cambiar, eso sí, siempre que queramos


ALUMBRAMIENTOS: Podemos cambiar, eso sí, siempre que queramos (Miguel Muñoz)
Mis tres encuentros con Oscar Arias.  El primero, fue casual y de simple vista, ocurrió cuando fui contratado por la OEA para dictar un curso en San José, Costa Rica, sobre el Desarrollo Regional en Latinoamérica; lo vi  de short y franela blanca  trotando cerca de su residencia, lo que me llamó poderosamente la atención es que lo hacía sin guardaespaldas, ni escoltas. La segunda fue en la conferencia”Tener el valor de cambiar”. Y la tercera, cuando me tocó por mi condición de docente colocarme la toga y el birrete para escuchar su clase magistral luego de  la distinción de Profesor Honorario conferido por la Universidad Rafael Urdaneta… Todo ser humano educa y es educado de una u otra manera. Y a mi me ha tocado, en las tres oportunidades, recibir educación por parte del intachable  premio Nobel de la paz. Confieso que después de escucharlo en su conferencia y en su clase magistral, se me avivó un proceso de reflexión en torno al sentido de mi existencia. Su mensaje fue claro en cuanto a la necesidad que tenemos de cambiar para mejorar, la necesidad de vencer la corrupción y rescatar lo ético y filosófico para dejar de andar a la deriva y en la oscuridad… Nos aclaró  que un corrupto es alguien con la personalidad descompuesta. Es corrupto no solo el que roba, es también quien no cumple con sus deberes y obligaciones, el que no cumple con su cargo, el que miente y aparenta ser eficiente, el que aparenta honestidad pero que se aprovecha  de la confianza en él depositada por los demás para engañar. Es corrupto aquel que solo le interesa el éxito personal y para alcanzarlo actúa con manipulación, con deshonestidad y con malicia, y no le importa pisotear los principios y valores, ni utilizar a los demás como medios para alcanzar sus metas… Entre valores y antivalores. De ambos actos me quedó claro la necesidad que tenemos de recuperar la capacidad de reflexionar sobre el por qué de las cosas, pues sin darnos cuentas, en los ámbitos en que nos desenvolvemos predominan valores que son, en realidad, antivalores, y convivimos con ellos  por costumbre, por comodidad o simplemente por superficialidad, y es lo que ha contribuido a que hayamos perdido en buena parte el sentido de la vida, del trabajo y  de lo que es malo y  bueno, lo cual nos crea incapacidad para ayudar a los demás y  a nuestras propias instituciones… La comprensión de lo que nos esta pasando hoy. Si nosotros como individuos logramos percatarnos no solo sobre lo que sucederá si hacemos el bien o el mal sino también sobre lo que nos está pasando, ya, como persona, captaremos que cuando hacemos el bien nos hacemos hombres mas buenos, adquirimos hábitos, capacidades y avanzamos como seres integrales. Y por el contrario, cuando hacemos mal, nos perdemos, nos desvencijamos, debilitamos nuestra integridad… Ante cualquier confusión recurrir a los valores. No es  complicado ni del otro mundo, se trata de convencernos que cualquier acción, plan, organización deben estar orientados por los valores o principios de: amor al prójimo, amor a la verdad, justicia, sentido de la trascendencia, búsqueda del bien. Si vivimos orientados por estos valores actuaremos con autenticidad, coherencia y honestidad; en otras palabras cambiaríamos para bien. Lo único que nos faltaría es querer cambiar…Reconocimiento. Como ciudadano quiero dar las gracias y expresar mi reconocimiento a la Cámara de Comercio de Maracaibo, PROMOZULIA, Centro de Formación Ciudadana,  LUZ,  UNICA, URU, Gobernación del Estado Zulia, Fe y Alegría, por habernos hecho parte de este evento chispa, cuyo objetivo no era otro que contribuir a hacernos cambiar, lo cual es perfectamente posible, eso sí, siempre y cuando queramos…

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