La eliminación del mercado permuta no impidió que en 2010 continuase la fuga de capitales, impulsada según economistas por la necesidad de los venezolanos de proteger su dinero de la inflación más alta del mundo y del riesgo asociado al gobierno de Chávez.
La balanza de pagos del Banco Central de Venezuela muestra que 19,3 millardos de dólares salieron del país el año pasado, tomando en cuenta los saldos negativos en las partidas de monedas y depósitos del sector privado y de errores y omisiones.
Desde 2003, cuando se implementó el control de cambio, la fuga de capitales asciende a 111,5 millardos de dólares. La cifra cuadruplica el saldo actual de las reservas internacionales y equivale a 59% del producto interno bruto al cierre de 2010.
El economista Ángel García Banchs señala que los venezolanos se convirtieron en grandes demandantes de divisas en las últimas décadas por la pérdida de valor del bolívar, consecuencia de las devaluaciones ejecutadas por los diferentes gobiernos y de la inflación sostenida.
El BCV admitió que el poder adquisitivo se deterioró 4% en 2010 debido a que el incremento promedio del precio de los bienes y servicios (27,2%) superó al alza de las remuneraciones de los trabajadores (22,2%). El indicador ha retrocedido por 4 años seguidos.
García Banchs agrega que en los últimos años la inseguridad jurídica y el riesgo político asociados a expropiaciones, invasiones y otras medidas gubernamentales contra la empresa y la propiedad privada también han impulsado la demanda de moneda extranjera.
Escasez de divisas
La fuga de capitales de 2010 representó una disminución de 19% con respecto a 2009, cuando sumó 23,8 millardos de dólares, lo cual ha sido utilizado por algunos funcionarios para destacar la importancia de cerrar el mercado permuta e intervenir decenas de casas de bolsa.
García Banchs aclara que el descenso en la salida de dinero, más que ser una consecuencia del cierre del mercado permuta, es un reflejo de la escasez de divisas. "La fuga de capitales igual iba a caer, porque ya no había petrodólares suficientes para satisfacer la demanda".
Agrega que el cierre del mercado permuta y su sustitución por el sistema de transacciones con títulos en moneda extranjera no fue para detener el escape de recursos sino para impedir que la oferta reducida de divisas empujase al alza el tipo de cambio paralelo, con el consecuente efecto inflacionario.
"El Sitme es un mecanismo que, a diferencia del mercado permuta, no está regido por la ley de la oferta y la demanda.
Entonces en el tipo de cambio no se refleja la escasez de divisas. El racionamiento es cada vez mayor: de 100 dólares solicitados, 40 son entregados", expresa García Banchs.
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