Venezuela es un país donde el crecimiento de la economía es atípico. Especialmente en el Socialismo del Siglo XXI, que se caracteriza por una Economía Estatista y Rentista, donde la “política económica” del Gobierno está orientada a reducir o anular la actividad privada y hacer más grande el tamaño del Estado. Es decir, ir en contra sentido de las principales economías del mundo que otorgan más libertad a la sociedad para interaccionar y desarrollarse en busca de la prosperidad.
Veamos en las propias cifras del Banco Central de Venezuela, la tendencia.
La actividad económica (PIB) creció en el 2008 en 4,6%, decreció en el 2009 en (3,5%) y siguió decreciendo en el 2010 en (1,7%), según las propias cifras del BCV. En el sector privado tenemos diferentes valores más cercanos a la realidad, pero aceptemos las del Gobierno.
La tendencia a decrecer es indudable. El gobierno se propone reducir al sector privado a través de políticas públicas que dificultan su desempeño, generando un entorno hostil, caracterizado fundamentalmente por la inseguridad jurídica de los DERECHOS DE PROPIEDAD, que se expresa en expropiaciones y confiscaciones absolutamente innecesarias, control cambiario y de precios, permisología exagerada, todo lo cual origina un costo transaccional, cuantitativo y cualitativo, que promueve la tendencia al decrecimiento y aleja inversiones nacionales y foráneas.
El día de ayer Ministros anunciaron un rebote del PIB de 4,5%, en el primer trimestre del 2011. No obstante, no han explicado las razones de lógica económica que permitan corroborar este crecimiento. En nuestra opinión es un “rebote estadístico” luego de dos años de recesión, no sostenible en el tiempo e impulsado por el inicio del gasto electoral del gobierno.
Además consideramos que dicho PIB tiene un efecto precio que lo eleva, a pesar de que los cálculos son reales (descontado inflación), en virtud de que la distorsión de precios relativos por regulación, control y escasez, hace que la demanda no depure su efecto completamente, como señala el Economista, Dr. Alexander Guerrero. El efecto precio percola por las compras externas del gobierno, importaciones alimentos y otros componentes y materias primas. Recordemos que el Gobierno es el mayor importador de nuestra economía. Es evidente entonces, en el Informe sobre PIB del primer trimestre, que la expansión de la demanda agregada del sector gobierno, refleja más un efecto precio.
En síntesis los números del Gobierno (BCV) no siguen la tendencia cualitativa de la producción interna. El Presidente de CONSECOMERCIO en su informe para la XLI Asamblea Anual, celebrada el pasado mes de abril, resaltó que las “ventas vienen en caída libre” al señalar que el resultado de la consulta a las diversas Cámaras Afiliadas revela que las ventas cayeron 11,9% en el período de Enero a Marzo del 2011. Además hay que resaltar que el sector petrolero decreció y que de los 16 sectores que evalúa el BCV, 10 están por debajo de la base 100 del año 1997. Por tanto, todavía no podemos hablar de un verdadero crecimiento, como con evidente emoción anuncian en un despliegue propagandístico los altos funcionarios del Gobierno.
La comparación correcta que debería hacer el gobierno en con el primer trimestre del 2007 que el crecimiento fue de 9%, para finalizar el año con un 8%. Sin embargo, entendemos que ha ocurrido un crecimiento en el PIB del primer trimestre del 2011, más moderado por supuesto, producto del esfuerzo que sigue haciendo el sector privado por atender la oferta de bienes y servicios a la población.
Aceptamos que el Gobierno Socialista del Siglo XXI, ha hecho un esfuerzo en la transferencia de recursos a las clases sociales de menores ingresos, pero eso no se ha traducido en mayor bienestar social para la población por dos razones fundamentales, la primera porque la inflación promedio de 30% de los últimos años deteriora significativamente el “ingreso familiar”, de hecho en reciente estudio realizado por la UCAB se determina que el 67% de los venezolanos tiene un “Ingreso Precario”.
La segunda razón importante, que además cuestiona el PIB anunciado, es que la tasa de desocupación del cierre del primer trimestre del 2011 es muy similar a la del mismo período del 2010. Es decir, el crecimiento no se traduce en más empleo. Esperemos que el BCV y el INE justifiquen sus cifras, en concordancia con otros indicadores de desempeño económico.
EN TODO CASO EN VENEUELA ES EVIDENTE QUE EL PIB NO REFLEJA BINESTAR SOCIAL EN LA SOCIEDAD.
FEDECAMARAS, FundaEconomía
Orlando Cabrera
Orlando Cabrera
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