Wall Street cerró ayer martes en retroceso, donde el Dow Jones de industriales, su principal indicador referente, cayó un 0,47%, hasta 12.446 puntos, el selectivo S&P 500 se dejó un 0,44%, hasta 1.313 puntos y el Nasdaq Composite recortó un 0,74%, hasta 2.781 puntos.
La bolsa norteamericana, igual que sucedió con los mercados europeos, acusó la falta de confianza que se vive en el Viejo Continente, donde la crisis de deuda soberana amenaza con alcanzar de lleno a Italia. Aunque los rumores sobre una intervención del Banco Central Europeo (BCE) frenaron la sangría en Europa, el día fue duro al otro lado del Atlántico.
En Estados Unidos las pérdidas llegaron cuando la agencia Moody´s anunció que rebajaba el ráting de Irlanda a bono basura y advirtió de que el país podría necesitar nuevos rescates en el futuro. Wall Street reaccionó mal a estas advertencias y se decantó por las pérdidas. Y eso que en el tramo final llegó a cotizar con subidas en torno al medio punto porcentual gracias a las actas de la reserva Federal (Fed). Los inversores valoraron positivamente la posibilidad de que el regulador opte por un tercer plan de estímulo para garantizar el crecimiento económico estadounidense, pero su influjo positivo acabó sucumbiendo a la preocupación sobre el futuro de la zona euro.
El euro también sufrió la desconfianza de los inversores aunque poco a poco fue remontando posiciones y terminó rondando los 1,4 dólares. Los rumores sobre la intervención del BCE en el mercado de bonos aliviaron a la moneda única europea y a las materias primas. El barril de crudo West Texas, de referencia en EEUU, se apreció un 1,7% y se aproxima ya a los 97 dólares, mientras que el oro repuntó un 1,24%, encadenando su sexto día consecutivo de subidas y situándose en 1.568 dólares la onza, nuevo máximo histórico.
En el ámbito doméstico Wall Street conoció hoy el déficit comercial de junio, mes en el que la cifra se disparó hasta los 50.227 millones de dólares, su mayor nivel desde octubre de 2008.
Desde el punto de vista empresarial Alcoa (-1,2%) y Cisco (+1%) fueron las grandes protagonistas del día. La primera recibió un trato frío por parte de los inversores, a los que los resultados trimestrales que anunció ayer el fabricante de aluminio no gustaron del todo. El beneficio por acción (bpa) del grupo en el segundo trimestre del año fue de 28 centavos, por debajo de los 33 que esperaban los analistas. Mejor fueron las ventas del grupo, que alcanzaron los 6.590 millones de dólares, frente a los 6.280 millones previstos.
En cuanto a Cisco, sus acciones subieron en bolsa después de anunciar que prevé reducir su plantilla en 5.000 trabajadores.
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