La clave para ayudar a los hijos está en la educación financiera.
Lo recomendable es darles desde pequeños una cantidad fija para sus gastos personales, que irá creciendo de acuerdo a las necesidades propias de la edad.
La idea es que con esa cantidad armen su presupuesto sin volver a pedir hasta la próxima vez. Así ellos mismos valorarán su dinero y lo gastarán en lo que consideren necesario, ya que si saben que se les da todo el tiempo no les importará gastarlo.
Otra consideración importante, es hacerles sentir que están gastando su propio dinero, ya que se sentirán independientes y administrarán sus propios gastos.
En resumen, se lees debe dar un plata fija, para que aprendan a ahorrar y tener prioridades de gasto, ya que si se les da todo el tiempo, saben que pueden gastarlo todo y volverán a recibir más.
Ahora el problema viene en la cantidad: cuánto dar a los hijos. Independiente de que la situación económica familiar sea buena, no es conveniente dar a los hijos mucho dinero ni tampoco una cantidad pequeña.
La idea es adecuar la cantidad según las necesidades que se van teniendo en las distinas etapas y así irá aprediendo a encontrar priorodades en sus gastos.
Consejos prácticos
- Cuando reciban dinero, no correr directo a gastarlo
- Pedir que los acompañen a hacer compras para que sepan cuánto valen
- Si no les alcanza para comprar algo, enseñarles a juntar de a poco hasta conseguirlo
- Enséñeles a comparar precios para que cotizen antes de gastar
Por último puede ser últil ayudar a que los jóvenes armen un presupuesto con las mismas proporciones que el presupuesto de la casa.
De esta forma cada mes el dinero les alcanzará para pagar sus gastos y sabrán cuánta plata destinar a divertirse sin quedarse sin nada antes de fin de mes.
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